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Crónica. Consejeros, sin cheque en blanco

Juan Arvizu| El Universal
Sábado 05 de abril de 2014
<b> Crnica. </b> Consejeros, sin cheque en blanco

LETRAS. La fachada del IFE cambió de nombre al igual que el salón del Consejo General. Desde temprano trabajadores realizaron la renovación. (Foto: ADRIÁN HERNÁNDEZ EL UNIVERSAL )


juana.arvizu@eluniversal.com.mx  

El muro poniente del salón está revestido con el nombre nuevo del recinto: “Instituto Nacional Electoral” en letras de oro mate, y Lorenzo Córdova Vianello preside la sesión inicial del Consejo General, marcada por el alto contraste de expresiones de confianza al árbitro de los comicios y las recalentadas descalificaciones de ayer de que los 11 consejeros no llegan con un “cheque en blanco”.

La falta de consenso y los señalamientos de que es un órgano de cuotas de partido, perecen indicios de malos augurios, que los mismos consejeros rechazan con posturas de que estarán a la altura de la autonomía que les brinda la Constitución.

A la sesión de instalación del Consejo General han llegado representantes de la Corte (Olga Sánchez Cordero); del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Alejandro Luna Ramos), y con otros de sus pares, emprenderán la graciosa huida después del discurso de un Córdova Vianello firme, pero sencillo, que previene que realizar la reforma electoral requiere “una tarea titánica, pero no imposible”.

Es la etapa del INE, abierta a las 14:09:45 horas, según el reloj electrónico del recinto, cuando Córdova Vianello “declara formalmente instalado” el Consejo General, sin María Marván Laborde, única integrante del IFE que no tuvo lugar en esta barca.

Antes, a las 11:21:21 horas, Marván Laborde, en funciones de presidenta del “Instituto Federal Electoral”, declaraba la conclusión de actividades del IFE, en un momento precipitado, tenso, rígido, de rostros duros, más el de ella.

Había dicho: “Me voy serena”, y con esa serenidad apresurada se fue, sin despedirse de los representantes de partidos. Abordó su camioneta y se fue. Y la plana administrativa y su equipo de trabajo la miraron de lejos. Así acabó la etapa del IFE, el ya legendario árbitro electoral durante 23 años.

Trabajadores del lugar cambiaron las letras de “Federal”, por las de “Nacional” en los edificios y en el salón de sesiones. Simple rito de utilería que el mismo Córdova Vianello “subió” a las redes sociales con una foto.

A las 14 horas, el presidente del INE inicia su mandato con una sonrisa grande, investido como presidente del Consejo General. Y por nueve años. Corresponde a los saludos con enérgicas palmadas en las espaldas de quienes le expresan parabienes. Sus maneras son de un hombre inhibido, pese a que vive un momento estelar.

Abraza con efusividad al rector de la UNAM, José Narro Robles, el invitado sobresaliente que permanece las tres horas 20 minutos que dura la reunión.

Llega a su lugar en la cabecera de la mesa en forma de herradura en la que caben 26 sillones, y por única vez ocurre algo unánime en el nacimiento del Instituto Nacional Electoral, los aplausos a su presidente.

Ahí está el doctor en Derecho, cuyas aspiraciones muchos daban por liquidadas por dos hechos: Haber dicho que la reforma constitucional electoral es “un bodrio”, y la publicación de una visita que hizo, en pleno proceso de selección, a Los Pinos, donde entre sus amigos de larga data se encuentra Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de Presidencia.

Así empieza la era del Instituto Nacional Electoral (INE). Lo demás, ya es Historia.



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