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La fragmentación del cártel de los Beltrán Leyva derivó en el surgimiento de nuevas células criminales, como la organización Guerreros Unidos, que se gestó en 2011 y que ha consolidado su poder hasta el punto de disputar el Estado de México a cárteles como La Familia Michoacana o Los Caballeros Templarios, según reportes de inteligencia federal e información del gobierno mexiquense.

Desde 2012, inteligencia militar dio seguimiento a las actividades de los Guerreros Unidos, clasificado como un grupo sumamente violento, ya que está integrado, entre otros, por operadores y sicarios de grupos como Los Pelones, el otrora brazo armado de los hermanos Beltrán Leyva; no obstante, sólo se tiene registro de escasas detenciones de sus integrantes en los últimos meses.

Expansión

A pesar de que las autoridades mexiquenses desde el segundo semestre de 2012 también alertaron sobre la existencia de Guerreros Unidos, esta nueva célula criminal mantuvo sus operaciones y logró expandir su presencia, que se inició en Guerrero y Morelos, para intentar apoderarse de territorios del Estado de México.

El clímax de la disputa por esta plaza, que permitiría controlar también mercados de droga en la zona metropolitana, dio como resultado una ola de violencia y homicidios a lo largo de 2012 en diversos municipios, que dejó más de 70 víctimas.

La caída de Arturo Beltrán, en 2009, inició pugnas por el liderato heredado de Héctor Beltrán, y el cisma fue inevitable.

Algunos de sus aliados como Édgar Valdés, La Barbie, decidieron encabezar sus propias células y dividirse plazas como Guerrero, Morelos y Estado de México, aunque la detención de este último en 2010, y de otros cabecillas como José Vázquez, El Indio, gestaron una nueva generación criminal.