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La imposición del requisito de visa por parte del gobierno de Canadá, “es un irritante político” en la relación con México, es lesiva para los negocios y el turismo, por lo que el gobierno mexicano proyectó un plan de ruta para que a más tardar en el primer semestre de 2014 se suprima el visado, pues los dos años que prevén los canadienses para resolver el problema no son admisibles, “tendría efectos muy negativos”.

Francisco Suárez Dávila, embajador de México en Canadá, en entrevista con EL UNIVERSAL, expuso que “es aberrante” que con el nivel de relación bilateral, se imponga esta visa que es una de las más restrictivas del mundo y que se basa en un sistema “que genera muchas arbitrariedades”.

El diplomático reconoció que el problema no es trivial, está afectando la relación, “es un prietito en el arroz”, por lo que espera que exista una solución a corto plazo, si se pretende que sean exitosas las visitas que se preparan para los primeros meses del próximo año, cuando el primer ministro, Stephen Harper, estará en México, y la que alista el presidente Enrique Peña Nieto a ese país, aunque aún no hay fechas definidas.

Para el embajador es claro que “ya no es política ni jurídicamente consistente que seamos el tercer socio de Canadá, socios del acuerdo de Libre Comercio durante 20 años, y que a sus socios preferenciales y que han logrado tantas cosas juntos, nos den ese tratamiento, ha generado ya mucho malestar”, en diversos sectores, admitió.

En julio de 2009 el gobierno de Canadá hizo obligatorio el requisito de visa, que en su momento impactó a 270 mil mexicanos que viajaban en promedio anual a ese país, como medida para impedir el colapso del sistema de asilo canadiense, pues de casi 10 mil solicitudes 90% eran falsos.

Sin embargo, esta medida “es un problema que es claramente un irritante político en México” por el impacto que tiene para ambos países, tan sólo el turismo mexicano que viaja a Canadá se desplomó más de 50% y se cifra hoy en 100 mil personas, lo que también afecta la imagen de esa nación.

Dijo que la ley migratoria canadiense se modificó para impedir el asilo de mexicanos, con lo que estaría resuelto el problema de fondo, por lo que “la verdad es que no entiendo por qué no han avanzado más rápido, por eso estamos haciendo esta campaña; creo que es un país que tiene preocupaciones totalmente inválidas de que sin visa pueden colarse muchos mexicanos y eventualmente gente vinculada con el crimen organizado, pero eso puede ser un problema con Estados Unidos y ellos ya flexibilizaron mucho su sistema”.

“De aquí a Canadá los flujos no son tan importantes, entonces no se entiende ya por qué este problema, que creo que es un tema en el que tenemos que presionar como lo hemos venido haciendo”, expuso el diplomático.

El embajador dijo que en el sistema de visado canadiense como hoy se aplica “hay casos en los que una familia de 10 que va a un crucero en Vancouver, a siete del grupo les dan visa y a tres no. Es un sistema que genera muchas arbitrariedades, porque no ha establecido reglas”.

Subrayó que “es ahorita el tratamiento más restrictivo y más tardado que México enfrenta en cualquier país, les duele mucho, pero es cierto (…) es un ‘tambache’ de información enorme que pidan el árbol genealógico a un trabajador agrícola que tiene nueve hermanos y que le pidan los datos de todos ellos, cuentas bancarias, datos patrimoniales, domicilios, actividades”.

Admitió que mientras existe un proyecto para consolidar a América del Norte como bloque, el tema de la visa canadiense “es el prietito en el arroz, es un obstáculo, me da pena que habiendo tan grandes oportunidades, estén siendo negativamente afectadas por este tema”.