El impuesto a la industria refresquera en México no tendrá efecto alguno en la reducción de los niveles de obesidad en México, consideró Ruth Pedroza Islas, especialista en Ingeniería en Alimentos de la Universidad Iberoamericana (UIA).

En relación al posible cobro de un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de un peso por litro en bebidas azucaradas, propuesta en la reforma hacendaria, dijo que el consumo promedio de refresco en México, pese a ser elevado "no rebasa 5.5% de la ingesta diaria energética".

Comentó que una de las mayores críticas hacia las autoridades que favorecen la aprobación de la reforma, es que consideran a la obesidad como un problema reducido a una única causa, sin comprender que es un padecimiento en el que inciden múltiples factores.

"Un problema así no se puede solucionar de una manera tan reduccionista", quienes apoyan el impuesto se basan en estudios de asociación, y no de causa y efecto, lo cual es una trampa de interpretación, indicó.

"Ya existían índices de obesidad antes de la aparición de los jarabes de alta fructuosa, componentes de toda bebida azucarada", señaló la experta de acuerdo con un comunicado de la UIA.

En este marco, recordó un estudio del epidemiólogo Adam Drenowski que realizó en las ciudades de Seattle y París, en el que descubrió que 80% de los casos de obesidad estudiados se relacionaban con los niveles de educación, medio de ingreso, y no se limitaban a una causa exclusiva.

Por ello, consideró que una mejor alternativa al impuesto era la inversión en educación nutricional, particularmente de las madres de familia, así como el subsidio a alimentos ricos en nutrientes dentro de una dieta mexicana.

"Es preocupante que haya disminuido el consumo de maíz y frijol en 46%, como aparece en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cuando se ha comprobado que ambos alimentos son beneficiosos para los habitantes del país", mencionó.

Por último, Pedroza Islas consideró que la decisión del alcalde neoyorquino Michael Bloomberg, quien entregó 10 millones de dólares a cabilderos mexicanos para la inclusión del impuesto en la reforma, es completamente desatinada.

"Sí pudieran demostrar que el consumo de refrescos es el motor principal de la obesidad, me sumaría a la iniciativa, sin lugar a dudas. Sin embargo, gracias a este incentivo otorgado por la Fundación Bloomberg, las autoridades pierden credibilidad", opinó.

jlr