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El programa de Seguro de Vida para Jefas de Familia, una de las promesas de campaña del presidente Enrique Peña Nieto, reportó, al cierre de 2013, un subejercicio por 199 millones de pesos en la entrega de subsidios, de acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Hasta ahora el programa que “tiene la finalidad de contribuir a la ampliación del sistema de seguridad social” sólo ha alcanzado a prerregistrar a 857 mil mujeres, de una meta de tres millones.

La dependencia explicó que la cifra representa un avance de 33% respecto a las objetivos del periodo, “debido a que se determinó una modificación en la mecánica de operación del programa, lo que ha implicado los trámites correspondientes ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; también las elecciones efectuadas en julio en 14 estados generaron un acuerdo de veda electoral de todos los programas sociales”.

Según una evaluación de la propia Sedesol, las condiciones sociales y contingencias climatológicas han impedido la difusión y el correcto acceso a las comunidades más apartadas a este apoyo.

El documento también advierte que el Seguro de Vida no tiene forma de garantizar que los recursos se utilicen para que los hijos de las madres fallecidas continúen sus estudios, ya que se hace una transferencia monetaria y no un seguimiento de la escolaridad de los niños.

Comenta que “estos hechos deben de tomarse en consideración, en el caso que el programa busque ampliar su cobertura, principalmente por las implicaciones presupuestales. El aumento en el número de beneficiarios requeriría la disponibilidad financiera suficiente así como la operación eficiente del fideicomiso, garantizando la entrega de los apoyos”.

Añade que en México, uno de cada cuatro hogares está encabezado por una mujer y “es muy probable que esta situación se mantenga e incluso aumente”, poniendo en riesgo la viabilidad financiera del programa.

Más riesgos

Otros riesgos que detectó la evaluación son que una reducción en el presupuesto del programa impediría cumplir con las metas y que los costos de operación del fideicomiso contratado para manejar los recursos “pudieran sobrepasar la capacidad financiera del programa”.

En julio, la Sedesol anunció que aceptaría donaciones a través de un fideicomiso para poder realizar los pagos del programa y el otorgamiento de los mismos estarían sujetos a la disponibilidad de los recursos.

El decreto explicó que “los recursos que se destinen al Programa Seguro de Vida para Jefas de Familia serán administrados por un fideicomiso público irrevocable, sin estructura orgánica, el cual no será considerado como una entidad paraestatal y será un mecanismo financiero para el pago de los apoyos”.

El diagnóstico de la Sedesol advierte, además, la ausencia de un manual de procedimientos para conocer la asignación de responsabilidades entre las oficinas centrales y las delegaciones foráneas.