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Las redes sociales replicadas en los medios de comunicación marcaron el 2013 en materia de salud con tres casos emblemáticos: el de las dos mujeres embarazadas que dieron a luz afuera de hospitales públicos en Oaxaca y Puebla; y el del jornalero agrícola que falleció al no ser atendido en un nosocomio de Sonora.

Los tres casos mostraron las carencias que enfrenta nuestro país, en calidad de los servicios médicos, desde hace varios sexenios, al no contar con un sistema de salud robusto y unificado que atienda a los sectores con menos recursos y con mayor vulnerabilidad, de acuerdo con especialistas del sector civil y de la academia.

A esta problemática, se suma el resurgimiento del cólera, que volvió a presentarse en el país a dos décadas de haberse registrado.

Los balances del año que finaliza se dividen. Para Gustavo Leal Fernández, investigador del Departamento de Atención a la Salud, plantel de Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana, este 2013 es un año perdido en materia de salud.

En su opinión, las grandes instituciones de salud como el IMSS, el ISSSTE y el Seguro Popular se mantuvieron en la misma inercia del pasado, sin registrar avances para abatir las mismas fallas de saturación y mala calidad en los servicios de salud.

Hasta el momento, comenta, el gran pendiente que tiene la administración del presidente Enrique Peña Nieto es el acceso a un esquema de seguridad universal. Porque, agrega, “este año es una extensión de los 12 años en que el PAN estuvo al frente del gobierno federal”.

En cambio, para Alejandro Calvillo, director de la agrupación El Poder del Consumidor, la actual administración pasó el año de panzazo gracias a las medidas fiscales que impulsó y logró al establecer los impuestos para los refrescos; el nuevo etiquetado para alimentos y bebidas industrializadas; y la restricción de la publicidad a menores de edad.

Se trata, asegura, de medidas favorables, a las que hay que darle seguimiento para que se construyan los bebederos en las escuelas y que se regulen los productos que se venden en las escuelas.

El balance internacional en materia de salud, también fue de claroscuros. En el estudio titulado “El Panorama de la Salud 2013”, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) reportó que la esperanza de vida de los mexicanos es la más baja de los países integrantes.

Porque mientras que en las naciones de la OCDE la esperanza de vida aumentó tres años en promedio (pasando de 77.1 a 80.1), en México fue de menos de un año (de 73.3 a 74.2 años).

La OCDE considera que el lento avance de la esperanza de vida en México se debe a comportamientos nocivos para la salud, incluyendo malos hábitos de nutrición y tasas muy altas de obesidad y diabetes.

De acuerdo a cifras de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud, se contabilizaron 89 mil 500 muertes por males cardiacos en 2012. De igual forma, se estima que 82 mil mexicanos fallecieron a causa de la diabetes en este año.

Otro de los grandes problemas que arrastra el Sistema Nacional de Salud, es la mortalidad materna. México se comprometió ante la Organización de las Naciones Unidas en los Objetivos del Desarrollo del Milenio, reducir la tasa de mortalidad de 60 casos por 100 mil nacidos vivos a 22 casos por 100 mil nacidos vivos para el año 2015.

Sin embargo, actualmente esta tasa de mortalidad materna se ubica en 38.5 defunciones por cada 100 mil nacidos vivos.

Para Luis Adrián Quiroz, responsable de la organización Derechohabientes viviendo con VIH-Sida del IMSS, este 2013 se cierra con números rojos en materia de salud.

Desde su análisis, el cambio de sexenio, sumado a la entrada de nuevos directivos con poca capacitación en las instituciones de salud como el IMSS, ha dejado un desabasto de medicinas no sólo para VIH-Sida, sino también para otras claves médicas perjudicando a miles de pacientes.

A un año de gobierno, considera el consultor en derecho a la salud no hay cambios para los enfermos, pues el acceso a los servicios de salud con calidad sigue lejano, no ha cambiado.

“Creo que las autoridades de salud no han acabado de definir que es calidad, por qué no sé, si para ellos calidad es que una mujer embarazada dé a luz en el jardín del hospital porque no quisieron atenderla o que un jornalero se muera por falta de atención médica”, plantea.