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La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) realizó un decomiso de 166 toneladas de medicamentos para la atención de enfermedades como gastritis, colitis, hipertensión, convulsiones, dolores y fiebre, en Zapopan, Jalisco, por malas prácticas de fabricación, lo que viola la legislación sanitaria.

Mikel Arriola, comisionado federal, calificó este aseguramiento, que culminó el 25 de noviembre, como el más grande en la historia del organismo.

Dijo que este decomiso es cinco veces mayor a todo lo incautado en 2012 y equivale a 130% del total de fármacos asegurados por la Cofepris en los últimos tres años.

En conferencia de prensa, el responsable de la dependencia afirmó que las empresas infractoras son Medicina Lacer S.A. de C.V.; Laboratorios Farmadem, S.A. de C.V, y Material Médico de Occidente, a las que se revocó su registro sanitario, además de recibir una multa de 700 mil pesos.

Mencionó que el descubrimiento de esta mala práctica de fabricación se debió a que esas empresas fueron auditadas de manera sorpresiva, por lo que el lote de medicamentos genéricos asegurado no logró llegar al público ni al sector salud.

El funcionario comentó que estas empresas tienen una antigüedad en el mercado mexicano de 12 años, en el caso de Laboratorios Farmadem, mientras que las otras dos, que son distribuidoras, datan de 2010.

Comentó que el operativo de decomiso se realizó con el apoyo de autoridades sanitarias de Jalisco y se procedió a levantar las denuncias penales contra los presuntos responsables.

Acompañado por Dagoberto Cortés, presidente de la Canifarma, y Álvaro Pérez Vega, comisionado de Operación Sanitaria, el responsable de la Cofepris destacó que entre los medicamentos genéricos que elaboraban las empresas y que serán destruidos, están: Ranitidina, Paracetamol, Pravastatina, Naproxeno, Captopril, Glibenclamida y Topiromato.

Entre los medicamentos que más piezas fueron decomisadas está la Glibenclamida, con 3 mil 700, y el Paracetamol, con mil 800, entre otros.

Mikel Arriola aseguró que los medicamentos decomisados no tienen certificado de buenas prácticas de fabricación, ni garantizan la calidad, seguridad y eficacia terapéutica, además de que los fabricantes no acreditaron el origen de la materia prima.

Aunado a esto, comentó, tampoco demostraron controles para rastrear los fármacos, carecen de evidencia para demostrar la adecuada potencia del medicamento, no se acreditó la seguridad del producto para el consumo humano, además de que se encontró producto a granel sin número de lote, sin control de entrada a los almacenes y sin fecha de caducidad, entre otras irregularidades.