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Alfredo Bonanno, italiano autor de decenas de textos anarquistas, pretendió internarse en el país en días pasados, pero de acuerdo con los grupos que lo invitaron a un Simposio Internacional de Anarquismo en el auditorio Che Guevara, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, fue retenido por varias horas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), para realizarle un interrogatorio y finalmente fue deportado a Argentina.

Se consultó al Instituto Nacional de Migración (INM) respecto a la llegada y deportación de Bonanno, pero no hubo respuesta oficial de la dependencia. No obstante, fuentes del AICM señalaron que Bonanno tiene una alerta migratoria internacional.

“En medio de la gritería y las expresiones altisonantes de los represores que le ordenaban apagar el teléfono, me informó que las autoridades migratorias le habían impedido el ingreso al territorio dominado por el Estado mexicano, declarándolo ‘persona non grata’ por su presunta ‘peligrosidad’ y antecedentes penales, motivo por el que lo han deportado a Argentina”, señala un comunicado emitido por la Cruz Negra Anarquista.

Bonanno se presentaría el próximo 29 de diciembre, último día de tres que durará este foro, en el espacio que grupos anarquistas “retomaron” tras desalojar, hace una semana, a otros activistas que ocupaban el Che Guevara, oficialmente Justo Sierra, desde hace cuatro años.

De acuerdo con información publicada por agencias y portales anarquistas, en noviembre de 2010, fueron juzgados en la ciudad griega de Lariasa los anarquistas Christos Stratigopoulos y Alfredo María Bonanno, bajo la acusación de atraco a mano armada a un banco. Ambos fueron condenados, pero a Bonanno se le dejó en libertad por tener más de 70 años.

Hace unos días, el italiano también fue expulsado de Chile, donde participaría en un foro organizado por la Universidad de Valparaíso de “perspectivas sobre la lucha anarquista insurreccional y guerra social”.

La Cruz Negra Anarquista señala que la negación de entrada del italiano que tiene 77 años de edad es el primer golpe que han recibido.

“Como algunos ‘compas’ ya saben, anoche esperábamos el arribo de Alfredo a las 21:50 horas, y nunca salió por la puerta de llegada. Preguntamos en Migración y nos dijeron que, si era por ‘motivo de interrogatorio’, podía tardarse de tres a cinco horas retenido, y que si después de ese lapso de tiempo no salía, era que se le había negado la entrada al país”, indica un correo con la fecha del 24 de diciembre. Señalan que seis horas más tarde, desesperados y preocupados, volvieron a preguntar.

“Nos comentaron que no estaban autorizados a dar información sobre si había o no personas detenidas o deportadas, ni las causas que habían motivado tal decisión; poco después del fallido intento, me comentaron que podía haber sido transferido a los separos de la Terminal I (del AICM) para ser deportado una vez acordado el país de destino”, indica su comunicado.

Señalan que a pesar de lo ocurrido, les queda el buen sabor de boca de que, tras tres largas horas de interrogatorio, dejaron ingresar al país a Constantino Cavalleri y a la legendaria Jean Weir, quienes les compartirán sus reflexiones y experiencias en las Jornadas Informales de su foro.

Mientras, en Ciudad Universitaria, lugar casi vacío debido al periodo vacacional, se realizó este simposio al cual acudieron unas 250 personas de entre 25 y 60 años. Unos 50 eran extranjeros provenientes de países como Estados Unidos, Italia y España.

En el auditorio Che Guevara se proyectaron algunos documentales; uno sobre un bombazos en Chile y las detenciones de anarquistas que se dieron en ese contexto; se argumentó cómo supuestamente se orquestan escenarios para culpar a estos grupos de actos violentos. Se exhibió otro documental sobre los fundadores del anarquismo en Alemania.

Una abogada que ha auxiliado a los detenidos durante las manifestaciones del último año en el Distrito Federal, argumentó que, finalmente, el anarquismo es un delito porque es una transgresión a las reglas de la sociedad, pero se utiliza debido a que las palabras ya no resultan suficientes. (Con información de Ana Mendoza)