WASHINGTON.— La iniciativa de reforma migratoria que avanza desde el Senado superó ayer un voto crucial, al avalarse una enmienda que contempla la inversión de 46 mil 300 millones de dólares en la militarización de la frontera con México.

El proyecto de ley bipartidista, que es apoyado por el presidente Barack Obama, consiguió su primer gran avance en el camino hacia el más importante cambio a las leyes migratorias de Estados Unidos desde 1986.

La enmienda, que después de superar este primer obstáculo será votada mañana con otras enmiendas a consideración del pleno del Senado, contempla el reforzamiento de la frontera con México, medida impulsada por los republicanos Bob Corker y John Hoeven, con el respaldo del demócrata Charles Schumer.

Entre las propuestas de la enmienda de seguridad fronteriza se contempla el despliegue de 40 mil agentes de la patrulla fronteriza, la construcción de un muro de mil 126 kilómetros y el despliegue de sensores infrarrojos, radares, helicópteros y vuelos no tripulados. Además, recomienda el uso de nuevas tecnologías para atajar el flujo de inmigrantes indocumentados, la implementación de un programa biométrico para controlar la entrada y salida de visitantes y el reforzamiento del sistema de E-Verify para evitar la contratación de indocumentados.

“Es una de las medidas más duras en materia de seguridad fronteriza”, dijo Corker, al señalar que hasta la gobernadora de Arizona, Jan Brewer la considera como “un éxito de sus políticas” de seguridad fronteriza.

La votación de ayer para desbloquear la enmienda, que superó fácilmente la barrera de los 60 votos necesarios, se produjo luego de un intenso intercambio de reproches y reclamos de la minoría republicana en la Cámara Alta, que acusó a los demócratas y a sus aliados republicanos de imponer una enmienda que no garantiza el cumplimiento de las medidas de seguridad antes de iniciar el proceso de legalización que afecta a más de 11 millones de indocumentados.

Las acusaciones de los republicanos Jeff Sessions y John Cornyn fueron respondidas por el demócrata Chuck Schumer, quien aseguró que la medida aprobada ayer es una de las más duras y, además, contempla una serie de pasos para garantizar su puesta en marcha antes de acometer el proceso de legalización.

Para la mayoría demócrata no ha sido fácil dar su aval a una enmienda tan polémica. De hecho, senadores como Patrick Leahy, demócrata por Vermont, la criticó porque, según consideró, es una muy buena noticia para los contratistas de distintas firmas que ya se frotan las manos ante una derrama económica sin precedentes para infraestructura y equipo de seguridad en la frontera con México.

A pesar de ello, Leahy decidió votar por la medida, porque asegura el apoyo de los republicanos de cara a la votación de la iniciativa de ley prevista para el 4 de julio. “Esto nos da una verdadera oportunidad de lograr el apoyo de un número significativo de nuestros colegas republicanos. Esto cambiará la dinámica en la Cámara de Representantes para que los legisladores estén más convencidos de la necesidad de aprobar la reforma”, consideró Schumer, uno de los más importantes promotores de la iniciativa de ley.

Antes de la votación de ayer, el presidente Obama dijo que esperaba ver una mayoría bipartidista contundente a favor de la reforma migratoria en el Senado. “Ahora es el momento de hacerlo”, dijo refiriéndose a la necesidad de que el Congreso culmine la reforma migratoria este verano.