WASHINGTON.— El senador republicano Marco Rubio dijo ayer que aún respalda un proyecto de ley para modernizar el sistema de inmigración de Estados Unidos, pero reiteró que quiere que sus estipulaciones sobre seguridad fronteriza sean ajustadas para que la legislación obtenga la aprobación del Congreso.

Rubio, uno de los ocho senadores republicanos y demócratas que elaboraron la propuesta, ha sido criticado por los conservadores de su partido por ser demasiado suave y existen preocupaciones de que pueda alejarse del proyecto de ley.

El legislador de Florida dijo en el programa This Week de ABC que el proyecto de ley tiene un avance del 96%, pero debería incluir fuertes medidas sobre seguridad fronteriza para garantizar que no habrá otra oleada de inmigración ilegal en el futuro.

Por su parte, el senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, dijo que su partido se dirigiría a una “espiral de muerte” si el proyecto migratorio no es aprobado.

Los votantes hispanos y asiático-estadounidenses favorecieron al presidente Barack Obama en las elecciones de 2012. Graham advirtió que independientemente de a quién nominen los republicanos, el candidato demócrata triunfará en 2016, a menos que los republicanos aprueben la reforma migratoria.

Mientras tanto, el senador demócrata Robert Menéndez afirmó, en una entrevista transmitida por CNN que hay legisladores republicanos que no quieren una reforma migratoria, por lo que sería imposible convencerlos, incluso “si diez ángeles pudieran jurar desde arriba que esta es la mejor legislación de Estados Unidos”. El Senado inició el martes pasado el debate formal sobre la reforma, y el jueves rechazó una enmienda de los republicanos que buscaba condicionar la legalización de los inmigrantes indocumentados a que el gobierno certificara primero la seguridad de la frontera con México durante seis meses.