WASHINGTON.— En el tercer día de debates sobre el plan de reforma migratoria, la mayoría demócrata en el Senado estadounidense echó ayer por tierra el primer intento de los republicanos por condicionar al blindaje de la seguridad fronteriza el proceso de legalización de más de 11 de millones de indocumentados.

Por 57 votos a favor y 43 en contra, la enmienda introducida por el republicano por Iowa, Chuck Grassley, para elevar al 100% el cumplimiento de la seguridad en la frontera con México, naufragó, aunque los republicanos podrían buscar resucitar esta propuesta mediante otras enmiendas clones o similares tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.

“Esto demuestra que el presidente (Barack) Obama y el Partido Demócrata no están dispuestos a cumplir su promesa de abrir el debate”, se quejó Grassley, un senador que ha hecho de la seguridad fronteriza la más importante trinchera de su partido y del movimiento conservador. Pero, además, el codiciado objetivo de poderosos intereses creados que ya han iniciado una intensa labor de cabildeo para hacerse con los jugosos contratos para reforzar la seguridad fronteriza.

“La mayoría de los ciudadanos desean que el orden de la suma sea, primero seguridad fronteriza, y luego legalización”, insistió Grassley, subrayando que aunque la mayoría de quienes buscan cruzar de forma ilegal la frontera ya no son los mexicanos, ahora hay ciudadanos de otros países o de organizaciones terroristas.

La propuesta de ley de reforma migratoria que impulsan desde el Senado un grupo de 8 senadores demócratas y republicanos contempla un nuevo plan de seguridad fronteriza con México que incluye la inyección de más de hasta 6 mil 500 mil millones de dólares en la construcción de nuevos tramos de muro, la contratación de más agentes fronterizos, la modernización y reforzamiento de la infraestructura y tecnología y el aumento de vuelos no tripulados o drones para mantener una vigilancia constante.

El nuevo plan es un componente esencial del proyecto de ley que entraría en vigor 180 días después de la promulgación de la ley y tendría que demostrar un 90% de eficacia en el número de detenciones.

Tras la derrota de la enmienda presentada por Grassley, el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, confirmó que un cúmulo de enmiendas (más de 62) obligaron a suspender los debates y las votaciones hasta la próxima semana. La preocupación de que todas estas enmiendas se conviertan en un serio obstáculo de las negociaciones, forzaron Reid a marcar un alto en el camino para dialogar con el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, sobre la mejor forma de evitar el colapso del proceso que deberá concluir antes del próximo 4 de julio.

Entre las enmiendas que aún están pendientes de ser debatidas y votadas se encuentra la propuesta por el republicano por Texas, John Cornyn, quien volverá a insistir en el polémico asunto de la seguridad fronteriza. Además, se analizará la enmienda del republicano por Dakota del Sur, John Thune, que propone la construcción de mil 126 kilómetros de muralla en la frontera antes de que los inmigrantes indocumentados puedan aspirar a la residencia permanente.

Finalmente, otra de las enmiendas presentadas por el republicano por Louisiana, David Vitter, propone reforzar el sistema biométrico de entradas y salidas en todos y cada uno de los más de 300 puertos de ingreso de EU. Esta enmienda, con diversas variables, goza del apoyo de un sector del Partido Demócrata.