SAN SALVADOR.— Durante más de dos meses, el movimiento feminista salvadoreño impulsó una dura lucha por la defensa de los derechos y de la salud de las mujeres, simbolizada en la joven Beatriz, quien exigía se le practicara un aborto terapéutico.

Sin embargo, lo que se impone de ahora en adelante es un debate sobre el aborto, a decir de la líder feminista Morena Herrera.

Beatriz, una joven de 22 años y de la cual sólo se conoce el nombre, peleó porque que se le hiciera un aborto terapéutico, algo que en este país centroamericano no sólo está prohibido, sino que se penaliza con entre ocho y 30 años de cárcel.

Su caso ha dado la vuelta al mundo y ha colocado en las primeras planas de diarios influyentes la trágica realidad de las mujeres salvadoreñas. Beatriz no sólo padece de lupus y de insuficiencia renal, sino que el bebé que se desarrollaba en su vientre no tenía ninguna posibilidad de vivir por padecer anancefalia. Pese a ello, se le negaba la interrupción del embarazo.

Finalmente, lo consiguió, y Morena Herrera, reconocida feminista y dirigente de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, advierte que tras haberle interrumpido el lunes el embarazo a Beatriz y salvar su vida, en El Salvador se impone un serio debate sobre el aborto.

“Es cierto que el movimiento feminista ha tenido mucha implicación en este proceso, pero es importante reconocer que algunos sectores de la sociedad como el Foro Nacional de Salud, así como otras organizaciones sociales y funcionarios de gobierno, lo han respaldado”, aseguró Herrera.

“Este drama que Beatriz ha vivido por las leyes que no son para la vida de la gente, que no son para la vida de las mujeres, es una situación absurda y no puede ser que vivamos ante tanta injusticia”, recapacitó la activista femenina, al recordar que desde 1996 se prohibió todo tipo de aborto.

Una ley obsoleta

Además de enfrentar una ley obsoleta, en el caso Beatriz se evidenció la lucha tenaz e irreconciliable de los sectores antiabortistas y los proabortistas. En los medios de prensa se exponían a diario las diferentes posturas, sin que mediara la sensibilidad hacia la mujer que estaba sufriendo física y emocionalmente dado el peligro de muerte que le sobrevenía.

Herrera indicó que “la jornada vivida nos deja la tremenda convicción de que tenemos que luchar y unir más fuerzas para cambiar de alguna manera la legislación, abrir espacios a una figura que no nos importa si le llaman aborto o no; lo que nos interesa es que el Estado pueda resolver este tipo de problemas de las mujeres”. “Creemos que es fundamental el debate. Ahora la cancha se pasa a la Asamblea Legislativa”, explicó.

“No podemos seguir con esas condiciones. La otra cosa es la importancia de la solidaridad internacional, que estaba como dormida. Es conmovedora por la cantidad de reacciones y acciones hacia Beatriz y hacia las mujeres salvadoreñas”, apuntó Herrera.

La líder feminista consideró finalmente que también para los sectores opuestos al aborto lo ocurrido con el caso Beatriz les deja “un motivo de reflexión”. “Le deja también una reflexión a la jerarquía católica, para que tenga un poquito de compasión y empatía con mujeres en casos como el de Beatriz. Porque son cientos de mujeres las que a diario sufren tal situación”.