WASHINGTON.— El presidente estadounidense Barack Obama protagonizó ayer el segundo acto de una agresiva campaña de control de daños. Al lado del primer ministro de Turquía, Tayyip Erdogan, quien cumplía una visita de Estado, Obama rechazó la necesidad de designar a un fiscal especial para investigar y esclarecer responsabilidades en el escándalo del Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés), que los republicanos y grupos conservadores han visto como la mejor oportunidad para enjuiciarle políticamente.

“Mi principal preocupación es resolver el problema”, dijo Obama al enfatizar que él se enteró al mismo tiempo que todos los ciudadanos y al señalar que, la investigación criminal que conduce el Departamento de Justicia y la colaboración con el Congreso serán suficientes para determinar quiénes en el IRS y por qué aplicaron un escrutinio inadecuado a grupos conservadores ligados al Partido Republicano cuando solicitaron exenciones fiscales.

Subrayó que gran parte de la responsabilidad de esclarecer lo que pasó y corregir el rumbo recaerá en el nuevo director en funciones, Daniel Werfel, quien aceptó el ofrecimiento de Obama y el miércoles asumirá oficialmente el cargo.

“Con esas investigaciones creo que podremos dilucidar qué fue lo que ocurrió exactamente, quién estuvo involucrado, qué salió mal, y vamos a poder implementar pasos para corregirlo... Estoy indignado por esto... Es simplemente inaceptable que haya un simple indicio de partidismo o ideología cuando se trata de la aplicación de las leyes tributarias”, insistió el mandatario.

Republicanos como el gobernador de Louisiana, Bobby Jindal y el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, han sugerido la necesidad de crear una fiscalía especial y realizar una investigación independiente similar a la que funcionó durante el escándalo sexual de la becaria Monica Lewinsky con el entonces presidente Bill Clinton, que estuvo a punto de costarle el puesto a éste en 1999.

Líderes del Tea Party como la congresista por Minnesota, Michelle Bachmann, denunciaron desde las escalinatas del Capitolio lo que llamaron un “asalto” del gobierno contra el movimiento conservador y advirtieron que presentarán al menos 17 demandas contra el IRS; pidieron, además, que la entidad sea auditada.

En su rueda de prensa, Obama prometió también que, tras el atentado terrorista en Bengasi, Libia, en septiembre del 2012, que costó la vida al embajador Chris Stevens, trabajará con el Congreso para reforzar la seguridad de las embajadas y el personal diplomático de EU en el mundo.

“Estoy trabajando para que este tipo de desgracias no vuelvan a repetirse. Y, en esto, no podemos ir en solitario. Necesitamos del apoyo del Congreso”, dijo el presidente en alusión a los recortes de fondos presupuestarios que ha sufrido el renglón dedicado a la seguridad del personal diplomático de EU en todo el mundo.

Sobre el espionaje a la agencia de noticias Associated Press (AP), Obama aseguró que, tratándose de la seguridad nacional y como comandante en jefe, “no voy a disculparme, y no creo que los estadounidenses esperen que lo haga”.

“Sin entrar en el fondo del asunto porque es una investigación en curso, habría que decir que las filtraciones relacionadas con la seguridad nacional ponen en riesgo la vida de personas que se encuentran en situaciones de riesgo y que confían en que nosotros les vamos a cuidar las espaldas”, dijo el presidente en referencia a una filtración de información que alguien hizo a la AP sobre un operativo contraterrorista en Yemen en mayo del 2012 y que derivó en que el Departamento de Justicia ordenara obtener los registros de las llamadas telefónicas realizadas por reporteros y editores de la agencia, como parte de la pesquisa.

Obama expresó, en este sentido su “plena confianza” en el fiscal general, Eric Holder, y descartó su dimisión por este escándalo.

En todo caso, el mandatario reconoció la necesidad de reforzar mediante cambios legislativos la independencia de los medios, a la vez que se garantiza la rendición de cuentas y se robustece la seguridad nacional. Aludió así a la iniciativa que decidió recuperar, el Acta para el Libre Flujo de la Información, para reforzar el derecho de los periodistas a mantener en el anonimato a sus fuentes, que se quedó varada en 2009.