BENGASI, Libia (Agencias).— Un gran convoy de vehículos blindados de Libia cruzó la desértica frontera con Níger, en lo que podría ser un dramático intento de Muammar Gaddafi de buscar refugio en una nación africana amiga, dijeron a la agencia Reuters una fuente militar francesa y otra nigerina.

Los rebeldes libios que derrocaron a Gaddafi hace dos semanas también creen que otra decena de vehículos que cruzaron la remota frontera llevaban oro y dinero aparentemente robados de una sucursal del banco central de Libia en la ciudad natal del líder caído.

Fuentes militares dijeron que un convoy de entre 200 y 250 vehículos militares fue escoltado hacia la norteña ciudad de Agadez por el ejército de Níger. Gaddafi podría unirse al convoy, dijo una fuente militar francesa, rumbo a Burkina Faso, que ofreció asilo al ex líder libio.

Sin embargo, un portavoz del ex hombre fuerte de Libia, dijo que se encontraba aún en el país. “Está seguro, está muy bien de salud, con ánimo. Piensa que está haciendo lo que debería estar haciendo”, agregó Moussa Ibrahim por teléfono, aunque no especificó dónde se encuentra.

El gobierno de Burkina Faso, por su parte, aseguró desconocer el paradero de Gaddafi.

Hisham Buhagiar, oficial de alto rango del nuevo ejército libio, y quien está coordinando las operaciones para encontrar a Gaddafi, dijo que según los reportes que tiene, el líder depuesto pudo haber estado hace tres días en la región de Ghwat, al sur de Trípoli, y que intentaría ir a Chad o Níger, apoyado por las tribus leales.

La portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Victoria Nuland, dijo que funcionarios nigerinos informaron al embajador de Washington que en el convoy viajaban “una decena o más” de importantes miembros del gobierno de Gaddafi. Según fuentes nigerinas, el jefe de la brigada de seguridad de Gaddafi, Mansour Dhao, llegó a Niamey el domingo.

En tanto, los rebeldes libios mantenían el cerco a Bani Walid, uno de los últimos bastiones del régimen de Gaddafi, pese al anuncio de un acuerdo con los habitantes de la ciudad para que depongan las armas. La idea es intimidar a aquellos que no aceptan el acuerdo.