LONDRES.— Horribles bloques de pisos, pobreza infantil y mucho desempleo. Tottenham, en el norte de Londres, es un barrio problemático. Grupos étnicos de los más diversos países y con un bajo nivel socioeconómico conviven en pequeños espacios.

Desde los años 70, el Broadwater Farm, un complejo de viviendas sociales, es sinónimo de bandas criminales. A tiro de piedra del lugar se produjeron la noche del sábado los peores disturbios vividos en Reino Unido desde hace años.

Las explicaciones de políticos y policías no se alejaron mucho de las que suelen darse en estos casos: “Fue una pequeña minoría” de manifestantes la que transformó la pacífica manifestación en una violenta situación. “Los responsables responderán ante la justicia”, aseguran. Su comportamiento, apuntó Downing Street, es “absolutamente inaceptable”.

Horas antes, autobuses y coches de policía ardieron en llamas mientras una turba enfurecida prendía fuego a oficinas, viviendas y tiendas. Saquearon comercios y escaparates y arrancaron cajeros automáticos, mientras los policías se protegían del fuego, adoquines y botellas, que alcanzaron a herir a 26 agentes.

Los violentos pudieron dar rienda suelta a su furia durante horas ante las cámaras de televisión sin que a la policía y los bomberos se les permitiera actuar. Quienes no participaban en el saqueo tuvieron que huir con sus hijos ante el incendio de sus hogares. No se esperaba semejante grado de violencia, se disculpó un alto cargo policial.

Pero el hecho de que 48 de los cerca de 300 manifestantes fueran detenidos apunta a que la minoría de violentos no fue tan pequeña. Durante la tarde del sábado se llamó a la violencia y el saqueo a través de internet. “Todos a Tottenham, mierda de policía, espero que alguno de ellos muera esta noche”, escribió en Twitter un tal English Frank. “Quisiera aplastar y saquear Tottenham, quiero un televisor gratis...”, escribió otro.

Los vándalos cumplieron sus deseos por la noche, sin ningún tipo de escrúpulos.

Una vieja historia

En los años 70, Tottenham llegó a ser el punto de partida de los excesos de las bandas juveniles armadas y en 1985 se produjo un conato violento en Broadwater Farm. Las guerras entre las bandas del lugar son sangrientas y la policía nunca llegó a controlarlas.

Según datos de Scotland Yard, en 2010 murieron 18 jóvenes menores de 20 años por actos delictivos relacionados con esas bandas, cinco más que el año anterior. En lo que va de 2011 perdieron la vida al menos ocho adolescentes. Sin ir más lejos, un chico de 20 años murió el pasado viernes.

También los disturbios del sábado están relacionadas con las bandas organizadas. El jueves, durante una persecución, agentes de la unidad especial de Scotland Yard contra el crimen organizado dispararon contra un hombre de 29 años. Según la policía, él había disparado primero.

Dos días después, violentos sin escrúpulos parecen haberse aprovechado de la tristeza de la familia de la víctima para dar rienda suelta a sus fechorías.