OSLO (Agencias).— Anders Behring Breivik está probablemente “loco”, dijo ayer su abogado, un día después de que el fanático antiislámico admitiera haber protagonizado ataques con bombas y a tiros que dejaron 76 muertos.

“Todo el caso indica que está loco”, dijo Geir Lippestad a periodistas, pero aclaró que es muy pronto para decir si su cliente alegaría enajenación mental y, según el diario El País, mencionó que Behring usó drogas antes de los ataques para sentirse “fuerte, eficiente y despierto”. Tratando de explicar la mentalidad de su cliente, Lippestad dijo: “Odia todas las ideas occidentales y los valores de democracia (...) Espera que esto sea el principio de una guerra que dure 60 años (...) Se ve a sí mismo como un guerrero. Él empieza esta guerra y de alguna forma se enorgullece de esto”, explicó. “Cree que ahora será visto como un demonio pero que la gente le agradecerá en 60 años”.

Lippestad añadió que Breivik había dicho que formaba parte de una red anti-Islam que tiene dos grupos en Noruega y varios más en el extranjero. Sin emgargo, la policía cree que Breivik actuó sin ayuda en la preparación de los ataques del viernes pasado.

Lippestad, miembro del Partido Laborista cuya ala juvenil fue blanco del ataque de Breivik, dijo que renunciaría a la defensa si el acusado no acepta someterse a pruebas psicológicas.

Yngve Ystad, destacado psiquiatra noruego y asesor de la policía, dijo que es improbable que a Breivik se le diagnostique psicosis y por tanto se le considere no responsable de sus acciones, o incluso que pueda alegar una responsabilidad limitada sobre sus actos.

La policía de Oslo publicó el lunes por la noche los primeros nombres de los muertos. Tres fallecieron en Oslo y uno en la isla de Utoeya. La lista oficial será ampliada a diario y puede encontrarse en la página web www.politi.no. Los diarios noruegos ya han publicado más nombres y según la prensa hasta ahora la víctima más joven tenía 14 años.

Por su parte, el ministro de Justicia de Noruega, Knut Storberget, rechazó las críticas de que la policía reaccionó demasiado lento al tiroteo al decir que su trabajo fue “fantástico”.

La policía detonó anoche de forma controlada material explosivo hallado en la granja de Behring Breivik, en la localidad de Asta, confirmó el el jefe de policía del distrito de Oestlendingen, Frank Loekken, a la edición digital del rotativo local Aftenposten, alegando que han preferido explosionar “cierto material” donde fue hallado en lugar de trasladarlo a dependencias policiales por motivos de seguridad.

Este mismo diario indicó que la justicia noruega podría juzgar a Behring Breivik por crímenes contra la humanidad, que implica una pena de hasta 30 años de cárcel. La acusación se basaría en un párrafo del código penal que contempla la persecución de personas por sus convicciones políticas.

Ayer las calles todavía estaban llenas de rosas blancas y rojas que quedaron tras la manifestación del lunes, la más grande del país desde la Segunda Guerra Mundial.

Behring Breivik, en tanto, se encuentra bajo “vigilancia permanente”, en vista de un posible suicidio. Se desconoce a qué prisión fue conducido.