ZAGREB (Agencias).— El papa Benedicto XVI inició ayer, aquí, una visita de 36 horas con motivo de la Jornada de las Familias Católicas y para participar en una especie de jornada con los jóvenes de ese país.

Antes de su llegada, en diálogo con periodistas a bordo del avión papal, Benedicto XVI expresó su apoyo al ingreso de Croacia a la Unión Europea (UE). “Es un pueblo que está en el centro de Europa, de su historia, de su cultura; en ese sentido, pienso que sea lógico, justo y necesario que entre. También el sentimiento prevaleciente es de alegría, de querer estar donde histórica y culturalmente Croacia ha estado siempre”, dijo.

Luego, en su primer baño de masas en la vigilia que celebró con miles de jóvenes en el Teatro Nacional, en el centro de Zagreb, el líder del catolicismo advirtió que si la conciencia, la religión y la moral se relegan al ámbito privado, como pretende “el pensamiento moderno más en boga”, la crisis de Occidente “no tendrá remedio y Europa seguirá perdiendo terreno”.

A los jóvenes, les pidió no dejarse llevar por promesas de “éxito fácil” y les aseguró que Jesús “no es un embaucador”.

El Papa tuvo una recepción de jefe de Estado con honores militares y el presidente croata, Ivo Josipovic, agradeció el “papel histórico de la Santa Sede” en el pronto reconocimiento de Croacia, hace 20 años.