LIMA.— Con la cenizas de la campaña, a varios candidatos en las elecciones presidenciales peruanas de mañana les llegó la hora de apelar al “voto del miedo” contra Ollanta Humala, el candidato nacionalista que lidera todas las encuestas, y Keiko Fujimori, hija del ex presidente encarcelado por corrupción durante su mandato.

Al apelar al “voto del miedo” se busca revertir las tendencias que señalan como ganadores de la primera vuelta del domingo a Humala y Keiko. Quien se halla en situación más necesitada es el ex presidente Alejandro Toledo.

El triple empate técnico, que los encuestadores señalan entre Fujimori, el ex mandatario y el economista Pedro Pablo Kuczynski, promete un final de película. “Le pido al ONPE (el organismo electoral) que cuide la difusión de los resultados el domingo a la noche porque la elección será muy cerrada”, demandó ayer Toledo durante una conferencia de prensa con corresponsales extranjeros y enviados aquí.

Las calles de Lima empapeladas con publicidad de campaña ya parecen agotar a los ciudadanos. “Hay que pensarlo bien porque la verdad que si gana Keiko, el que va a gobernar es el chino desde la prisión”, opina Juan Chane, un afroperuano oriundo de Chinchas, vendedor de lotería en el barrio de Miraflores. En esas reflexiones andan los peruanos, mientras ven que la moneda se sigue apreciando frente al dólar (señal de que los inversionistas no pierden la confianza en el país) y el oficialista APRA, sin candidato a la presidencia y el más buscado por estas horas, se mostró dividido a la hora de apoyar a los candidatos. Oficialmente, según su presidente Jorge del Castillo, el llamado a sus afiliados es “votar a Kuczynski”, aunque la rama sindical se inclinó “por votar por Toledo”.

Credenciales democráticas

Humala también recibió a los periodistas extranjeros e intentó mostrar sus quilates democráticos, ante las críticas que recibe a diario de “antidemocrático”. “Hemos actuado en el Congreso como un bloque de oposición, hemos frenado y ayudado al gobierno a resolver conflictos. Cuando dicen que no somos democráticos lo hacen al fragor de la campaña” Más medido que de costumbre, de traje y buscando siempre aparecer reflexivo, Humala volvió a diferenciarse ayer del presidente venezolano Hugo Chávez, al decir que “no compartimos el modelo que quiere aplicar en su país. Aquí no apoyamos la reelección” y volvió a poner a Brasil como “el modelo a seguir”.

“Humala paz y amor” (como lo fue el “Lula paz y amor”), podría titularse esta versión del ex militar nacionalista, luego de que los asesores brasileños, llegados del mismo seno del Partido de los Trabajadores (PT), pasaran por su búnker. No es el mismo de 2006 y lo admite: “No soy el mismo del 2006. He aprendido mucho, porque le he puesto la mano en la frente al pueblo”.

Cuando se le recuerda que hay candidatos que avisan sobre los temores que despierta su posición electoral, no contraataca: “Cada uno opina lo que cree conveniente. No respondo”.