SANÁ (Agencias).— Generales de alto rango, embajadores y algunas tribus dieron ayer su apoyo a las manifestaciones contra el gobierno de Yemen, en un importante revés para el presidente Alí Abdulá Saleh, quien intenta sobrevivir a los crecientes pedidos para que renuncie a su cargo.

En la misma jornada, Francia se convirtió en la primera potencia occidental en realizar un llamado público para que Saleh renuncie. “Decimos esto a Yemen, donde la situación está empeorando. Estimamos hoy que la salida del presidente Saleh es inevitable”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppe, en una reunión de la Unión Europea en Bruselas.

Sin embargo, el canal panárabe Al-Arabiya citó a Saleh diciendo que la mayoría de los yemeníes está con él y que está “resistiendo”, mientras Al Jazeera reportó que el presidente pidió al canciller saudita, Saud al-Faisal, que medie en la crisis.

El ministro de Defensa, Mohammad Nasser Ali, acotó que el Ejército todavía apoya a Saleh, lo que podría causar una posible disputa con aquellos comandantes que se unieron a decenas de miles de manifestantes que han salido a la calle por semanas. “Las fuerzas armadas permanecerán leales al juramento que hicieron ante Dios, la nación y el liderazgo político bajo el hermano presidente Ali Abdulá Saleh”, dijo el ministro, vistiendo un uniforme militar.

Washington, citando inestabilidad en Saná y el país, advirtió a ciudadanos estadounidenses en Yemen que se mantuvieran en sus casas.

La deserción del general Ali Mohsen Al Ahmar, hermanastro de Saleh, ha sido el mayor golpe para el mandatario. Otros dos generales anunciaron su apoyo a los manifestante, en tanto los embajadores de Yemen en Siria, Arabia Saudita, el Líbano, Egipto, la Liga Árabe y China renunciaron o expresaron apoyo al movimiento de protesta.

En Bahréin, un barco de la Marina con tropas terrestres de Kuwait llegó para apoyar al régimen de Hamad bin Issa al Jalifa, tras los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y la oposición en las últimas semanas.

Imágenes de televisión mostraron a funcionarios kuwaitíes hablando con representantes de Bahréin. Un diplomático señaló que la intervención tiene como objetivo calmar la situación.

En Siria, las protestas se extendieron al sur del país, con cientos de personas marchando contra el gobierno en la ciudad de Jassem, dijeron activistas, pero las autoridades no utilizaron la fuerza para sofocar las últimas movilizaciones. “Esto es pacífico, pacífico. Dios, Siria, libertad” cantaban los manifestantes en Jassem, una localidad agrícola.

Las autoridades adoptaron tácticas menos duras y eligieron no intervenir contra las protestas que exigían libertad y el final de la corrupción.

En Deraa, cientos de miembros de las fuerzas de seguridad uniformadas de negro y armadas con rifles de asalto AK-47 se alinearon en las calles, pero no enfrentaron a los miles de personas que marchaban hacia el funeral de Raed al-Kerad, un manifestante de 23 años asesinado en la localidad.