DALLAS (Notimex y AP).— El sheriff del condado de Maricopa, Joe Arpaio, lanzó ayer una redada de 48 horas para “detener indocumentados, clausurar las casas de seguridad utilizadas para albergarlos y poner fin a la delincuencia relacionada”.

Arpaio, conocido en Estados Unidos por su férreo combate a la inmigración indocumentada, señaló que 200 agentes del sheriff y unos 57 voluntarios de su recién formado Pelotón de Operaciones contra la Inmigración trabajan en el operativo, que se prolongará hasta este sábado. La redada, la número 18 que ha realizado Arpaio, inició la madrugada del jueves y se realiza a lo largo y ancho de la jurisdicción de Maricopa, que abarca toda el área metropolitana de Phoenix.

Hasta la tarde de ayer, según dijo Arpaio, habían sido detenidas 13 personas ligadas al tráfico de inmigrantes, así como un indocumentado que transportaba en un vehículo unos 200 kilos de mariguana.

Arpaio, quien no ha podido utilizar la ley antiinmigrante SB1070 para realizar las detenciones, ya que permanece suspendida en sus partes esenciales, arresta a la mayoría de los indocumentados por el delito de tráfico de inmigrantes, al responsabilizarlos de contrabandearse a sí mismos. Más de mil indocumentados han sido arrestados en las 17 redadas anteriores de Arpaio, quien argumenta que se trata de “operaciones de supresión del crimen e inmigración ilegal” y se promueve como “el sheriff más duro de América”.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos mantiene abierta una investigación en su contra por violación a los derechos civiles, al haber sido acusado de incurrir en conductas ilegales de perfil racial para detener a inmigrantes.

En tanto, legisladores de Arizona propusieron un proyecto de ley que desafía la ciudadanía automática de los hijos de los inmigrantes sin papeles.

El representante John Kavanagh, quien presentó la iniciativa, dijo que la meta es llevar la disputa a las cortes con la esperanza de reducir los costos asociados a otorgar la ciudadanía automática. Los legisladores buscan que un tribunal dictamine que un niño nacido en EU sólo es ciudadano estadounidense si alguno de sus padres es ciudadano estadounidense o inmigrante legal.