HOUSTON (Agencias).— La congresista estadounidense Gabrielle Giffords, quien recibió un impacto en la cabeza en el tiroteo del pasado 8 de enero, llegó ayer a Houston, Texas, para ingresar en un centro de rehabilitación, tras abandonar el hospital de Tucson, Arizona, en el que se recuperaba.

Giffords llegó hacia las 13.00 hora local a Houston, desde donde fue trasladada al Centro Médico Hermann-Texas para un chequeo antes de ingresar en el centro de rehabilitación TIRR Memorial Hermann. De camino al hospital, grupos de personas salieron a las calles para aplaudir al paso de la ambulancia como muestra de solidaridad.

El equipo médico que se encargará del tratamiento de la congresista demócrata indicó en una rueda de prensa que, tras la primera revisión de media hora, Giffords ha respondido bien al sonido de un aplauso.

El doctor Dong Kim explicó que la congresista “se ve muy bien”; es consciente de lo que le rodea y en los próximos meses realizará grandes progresos en su recuperación, como mantenerse en pie. Giffords, cuya recuperación ha sido calificada de “extraordinaria” por su marido, el astronauta Mark Kelly, superó las intervenciones quirúrgicas con éxito y en pocos días pasó de estado “crítico” a “serio”.

A pesar de sus constantes avances, los médicos advierten que la recuperación de Giffords llevará mucho tiempo. No saben todavía si sufrirá algún tipo de incapacidad permanente.

La congresista puede mover sus labios, pero no está claro si intenta transmitir palabras ni tampoco se sabe cuánto puede ver. “No todo el mundo puede recuperarse al 100%, pero los ayudamos a encontrar una nueva normalidad”, dijo Carl Josehart, director ejecutivo del hospital donde Giffords pasará al menos uno o dos meses.

La congresista abandonó la mañana de ayer el hospital de Tucson en una ambulancia, precedida por una hilera de motociclistas del cuerpo de veteranos de guerra. Junto a ella viajaban su esposo, su madre, dos miembros de su equipo en el Congreso y el cirujano traumatólogo que la atendió en Tucson, Peter Rhee, informaron los medios locales. A su paso por las calles cerradas de la ciudad, docenas de personas se congregaron en las aceras en señal de apoyo a Giffords, que sobrevivió al tiroteo en el que murieron seis personas y otras 14 quedaron heridas después de que Jared Loughner, de 22 años, abriera fuego en un acto con votantes de la congresista demócrata.

Su marido, que trabaja en el Centro Espacial Johnson en Houston y es el comandante de la última misión del transbordador estadounidense Endeavour a la Estación Espacial Internacional (EEI), prevista para el 19 de abril, explicó que parte de la razón del traslado es que pronto deberá incorporarse de nuevo a su trabajo.

“GG (Gabrielle Giffords) se dirige hoy a la nueva fase de su recuperación. Estoy muy agradecido a los doctores y enfermeras del hospital, al departamento de Policía de Tucson, a la oficina del sheriff... ¡Volveremos a Tucson lo antes posible!”, escribió el viernes Mark Kelly en su cuenta de Twitter.

Según sus médicos, la congresista permanecerá en el centro de rehabilitación una media de uno o dos meses, hasta que ya no necesite cuidados médicos las 24 horas.

Pistolero va el lunes a la Corte

Mientras, el responsable del tiroteo fue acusado el miércoles por un jurado federal de tres cargos, por el intento de asesinato de Giffords y dos de sus colaboradores. Loughner comparecerá de nuevo ante un juez federal el próximo lunes en Phoenix, Arizona.

El atentado se registró durante el desarrollo de un evento público que Giffords había bautizado como “El Congreso en tu esquina” y en el cual la legisladora dialoga directamente con los ciudadanos. Loughner, a quien le habían diagnosticado problemas mentales, aprovechó que el acto se efectuaba en el estacionamiento de un supermercado Safeway, para disparar 33 balazos contra los asistentes al mismo.

Las balas mataron a una niña de nueve años, al juez federal de distrito, John Roll, a una pareja de retirados, a un hombre también jubilado y a un joven colaborador de Giffords.