WASHINGTON.— En el inicio de una semana que podría ser clave para sacar adelante la Dream Act, decenas de estudiantes desfilaron desde primera hora de ayer por las inmediaciones del Capitolio para reiterar a demócratas y republicanos sus demandas, ahora en forma de villancicos navideños.

“¡Oh, senador, Oh, senador, aprueba ya la Dream Act!”, fue el coro que interpretaron en una mañana fría un abigarrado grupo de cantantes, con la esperanza de ser escuchados por quienes aún se resisten a aprobar la iniciativa de reforma que sacaría de las sombras a casi 2 millones de hijos de indocumentados que decidan ir a la universidad o enrolarse en las Fuerzas Armadas. Entre el grupo de estudiantes que asistió ayer a las puertas del Congreso de EU había algunos que llegaron desde estados como Florida, California o Texas con la esperanza de que la iniciativa sea aprobada. Es el caso de Lucina Martínez, una estudiante de historia de 19 años que apenas la semana pasada puso fin a una huelga de hambre que la hermanó con decenas de jóvenes indocumentados de su misma edad.

“La tuve que suspender (la huelga) para recuperar fuerzas”, dijo al inicio de lo que será el tirón final para tratar de sacar adelante en el Senado una ley que sigue sin tener los votos necesarios para ser aprobada, según han reconocido distintas fuentes legislativas.

Ante la posibilidad de que el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, no consiga los votos necesarios, las negociaciones podrían irse más allá del 17 de enero, cuando concluye la actual legislatura. “No sería la primera vez que votamos una ley antes o después del 24 de diciembre”, dijo una fuente de la oficina de Reid.

Una carta al Congreso

A las movilizaciones de los jóvenes se sumó ayer un grupo de profesores convencidos de la necesidad de ofrecer una oportunidad a quienes llegaron a este país sin ser consultados y que ya lo han hecho suyo.

“El fracaso del Congreso para aprobar una reforma migratoria ha creado una subclase marginada, pobremente educada, sobreviviendo en las sombras y encarando enormes cargas sociales y económicas. Esta situación es particularmente problemática para 2.1 millones de hijos de indocumentados, ciudadanos estadounidenses en espíritu, pero no en la ley, que van a escuelas de Estados Unidos pero que no serán capaces de obtener un empleo cuando concluyan su educación”, dijeron los profesores en una carta dirigida al Congreso y a la opinión pública.

La misiva, suscrita por casi 300 maestros de las mejores universidades de Estados Unidos, ha sido defendida por la comunidad académica como un poderoso aval a favor de quienes todos los días se esfuerzan en sacar las mejores notas con la esperanza de alcanzar un futuro mejor como ciudadanos de plenos derechos.

“Los Estados Unidos en los que todos nosotros creemos, y el país ideal en el que los jóvenes creen, pasaría sin dudarlo la iniciativa Dream Act”, concluyen en su carta los profesores.