Napolitano, por la Dream Act
DEMANDA. En septiembre pasado, estudiantes de la UCLA marcharon en favor de la Dream Act. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
WASHINGTON.— En medio de un nuevo pulso legislativo para sacar adelante la llamada Dream Act, que podría beneficiar a casi 2 millones de hijos de indocumentados, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, hizo ayer una vehemente defensa de la propuesta que podría ser votada hoy en la Cámara Baja, a pesar de los intentos de los republicanos por obstaculizarla. “Le pido con carácter de urgente al Congreso aprobar la Dream Act para que todos aquellos (hijos de indocumentados) que fueron traídos a este país sin tener en cuenta su opinión o disposición puedan legalizarse como miembros de la comunidad estadounidense”, dijo Napolitano a los legisladores. Su respaldo resulta extraño, dado que ha sido atacada por organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes por haber elevado a niveles históricos la deportación de indocumentados con antecedentes criminales —más de 195 mil en lo que va del año fiscal 2010—. En un intento por aprobar la Dream Act, uno de los componentes más importantes de ese amplio proyecto de la reforma migratoria, el congresista por Illinois, Luis Gutiérrez (demócrata) anticipó ayer que la votación de la iniciativa podría producirse hoy mismo en la Cámara de Representantes. Gutiérrez anticipó que en la Cámara ya están los votos (218) mínimos para que la Dream Act se convierta en ley. Con ello, se podría presionar al Senado para que actúe y permita la legalización de cientos de miles de estudiantes que no tienen su situación migratoria normalizada. El proyecto que impulsa una coalición de organizaciones beneficiaría a hijos indocumentados que ingresaron al país antes de cumplir los 16 años de edad y posean buenas calificaciones. Estos migrantes podrían recibir una residencia temporal y, dos años después de ingresar a la universidad o servir a las Fuerzas Armadas, gestionar la residencia permanente. Cinco años después podrían obtener la ciudadanía. El plan beneficiaría a unos 65 mil estudiantes cada año y a otros 2 millones que aguardan a que el Congreso apruebe la iniciativa, que cuenta con la firme oposición de muchos congresistas y senadores.