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Chávez, a la deriva

TEXTO JOSÉ VALES • CORRESPONSAL| El Universal
Sábado 30 de enero de 2010
El presidente de Venezuela encara crisis en todos los frentes, en un año electoral

 

BUENOS AIRES.— Hugo Chávez comenzó este año con una versión de sí mismo potenciada: abriendo conflicto en todos los frentes, incluso el interno, e impulsando una devaluación para proveer al Tesoro de fondos contantes y sonantes para disponer en un año electoral.

Hoy, Chávez está en conflicto con la oposición y con la Iglesia, con los medios y con los estudiantes —quienes protestan contra la coacción a la libertad de expresión—, justo cuando su popularidad parece disminuir, a decir de encuestas, a medida que se dispara la inflación, que empobrece un poco más a esos sectores populares que han sido sus grandes aliados.

Con la policía reprimiendo protestas en varias ciudades y con enfrentamientos entre los manifestantes oficialistas y los estudiantes, que ya se cobraron las primeras dos víctimas en la ciudad de Mérida, la situación del país “se va agravando como en los peores momentos de su gobierno”, opina el analista Rafael Poleo, para quien esta versión de un “Chávez contra el mundo” obedece a “un perfil paranoico del presidente, que ya no confía en nadie”.

“No” a otra reelección

La más reciente encuesta de la consultora Hinterclases muestra cómo la popularidad del jefe de Estado cayó, en un mes, de 60.1 a 51%, mientras que 61% de los consultados se expide a favor de que abandone el poder en 2012 sin presentarse a una nueva elección. “La caída de la popularidad obedece a su radicalización y al agravamiento de los problemas como la falta de energía y la percepción de ineficiencia”, explica Oscar Schemel, director de Hinterclases.

Con un barril de petróleo rondando los 70 dólares, los problemas de financiamiento cuesta ocultarlos, en un momento de crisis en todos los frentes. Y por primera vez desde 2002, esta coyuntura parece haber impulsado a Chávez a recurrir a la represión, según las denuncias de Liliana Ortega, coordinadora de la ONG Cofavic, quien denunció que en las recientes protestas “hubo excesos notorios” del gobierno, como el uso de la policía del Garrampiño, una suerte de elemento de tortura medieval, versión que ayer desmintió el mandatario pese a los testimonios y fotos que han aparecido en la prensa.

“El presidente no pelea en varios frentes a la vez, sino que pelea contra todos los venezolanos”, sostiene la analista Marta Colominas. Lo que diferencia a esta crisis con respecto a otras en el actual gobierno, añadió, “es que hay una profunda lucha interna, que tiene como protagonistas a varios caudillos del chavismo”. Aludió así a las renuncias de Ramón Carrizalez a la Vicepresidencia y al Ministerio de Defensa; de la esposa de éste, Yubiri Sánchez, al Ministerio de Medio Ambiente, y de Eugenio Vázquez Orellana, a la presidencia del Banco Central.

“Discursos no calman enojo”

Un discurso “en cadena nacional de horas, todos los días, no logra aplacar el descontento en los barrios pobres del país, donde el alza de precios y la carencia de energía y agua ya es insoportable”, agrega Colominas. De hecho, un 72% de los consultados por la firma Datos rechazó el racionamiento de energía.

Mientras la oposición debate candidaturas y muestra cautela y demasiado silencio ante esta crisis, otros que conocen a Chávez de los cuarteles se permiten dudar sobre el verdadero origen de la misma. Es el caso del ex ministro de Defensa y ex canciller, el general Fernando Ochoa Antich, para quien “esta crisis puede estar orquestada por el propio Chávez, como en 2002, antes de que todo se le fuera de cauce, como una estrategia ante las elecciones legislativas”, aun cuando reconoce en el renunciante Carrizalez a “un hombre íntegro, desde sus tiempos de oficial del Ejército”.

“Yo le pido a las Fuerzas Armadas que no caigan en ninguna trampa y que mantengan la cautela. Hay una caída de popularidad del régimen y eso lleva al presidente a buscar escenarios que justifiquen cualquier cosa”, insistió el general.

Para Ochoa, hay que evitar a cualquier costo la violencia. Mucho más si, como vaticina Poleo, “a los estudiantes no podrán sacarlos de la calle y lejos de eso, la protesta puede extenderse al resto de la sociedad”, si no hay solución a sus demandas o si la cotización del crudo no le trae más oxígeno al gobierno.

Por ahora, la versión recargada de Chávez, quien ya comenzó a denunciar el “complot del imperio” para derrocarlo, sigue en la trinchera disparando y planificando su próxima estrategia, aún nervioso y con un fuerte debate interno en sus filas.

Habrá que ver cómo se desarrolla la crisis y cómo llega el gobierno chavista a las legislativas del 26 de septiembre.

Aunque, como dice Ochoa Antich, “para septiembre aún falta una eternidad…”

 

 



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