BUENOS AIRES.— Sin espacio político para seguir resistiendo y tras 22 días de crisis, el presidente del Banco Central, Martín Redrado, presentó anoche su renuncia, que el gobierno ya adelantó no aceptará, pues esperará el pronunciamiento del Parlamento que analiza un decreto presidencial que pide la remoción del economista.

En una extensa y sorpresiva conferencia de prensa, Redrado acusó al gobierno de “pretender llevarse por delante las reservas de los argentinos” y aseguró que en los últimos años había desactivado “varios intentos oficiales para controlar los fondos”. También acusó al gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de haber “avasallado las instituciones”.

“Creo que cumplí un ciclo”, dijo Redrado, adelantándose así al dictamen de la Comisión Bicameral que se espera para el martes y, según los pronósticos, le iba a ser desfavorable.

Las presiones del gobierno, que le fue recortando poder y funciones día a día, la pérdida de apoyos de la oposición y la decisión del vicepresidente Julio Cobos de votar a favor de su destitución, llevaron al controvertido economista a presentar su dimisión, en medio de una crisis que se desató cuando Redrado se negó a ceder los 6 mil 500 millones de dólares que la presidenta le reclamaba a fin de conformar el Fondo del Bicentenario para el pago de los compromisos externos y para cubrir el déficit fiscal.

La negativa de Redrado fue entonces respaldada por la Justicia, que falló en contra de tocar las reservas y frenó el decreto presidencial para separar al funcionario del cargo.

Apenas conocerse el anuncio de Redrado, el gobierno, a través del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, dijo que “no reconocemos” la dimisión. Alegó que lo único que busca Redrado es pasar por víctima. Miguel Ángel Pesce, vicepresidente del Central, reemplazará a Redrado.