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“Este terremoto es demasiado”

El Universal
Viernes 15 de enero de 2010
Organizaciones de asistencia sufren daños y también requieren apoyo

MIAMI (Agencias).— La indigencia y necesidades en Haití han atraído desde hace mucho tiempo a organizaciones de caridad interesadas en aliviar las penurias de sus pobladores, los más empobrecidos del continente. Pero ahora muchos de los trabajadores de asistencia están urgidos de ayuda para sí mismos, tras el devastador terremoto del martes.

El líder máximo de la Iglesia católica en Haití murió aplastado entre los escombros; 36 trabajadores de la ONU murieron y hay decenas de desaparecidos o atrapados.

Misioneros, estudiantes, médicos y otros están con paradero desconocido o incapacitados de establecer contacto con sus seres queridos o con sus organizaciones en el exterior. Sus dificultades obstaculizan aún más su tarea de prestar ayuda al pueblo haitiano.

“Este terremoto es realmente demasiado”, dijo el padre católico Duken Augustin en un correo electrónico desde su casa en Cabo Haitien, Haití. Tras el sismo “tendremos que enfrentar nuevas necesidades, nuevos sufrimientos, nueva hambre, nueva desesperación, nueva devastación”, agregó Augustin, quien trabaja para la organización de caridad Food For The Poor (Alimento para los pobres), con sede en Estados Unidos.

Las organizaciones humanitarias encaran un difícil acto de equilibrio: intentar satisfacer las increíbles necesidades de los haitianos, mientras buscan a sus propios colegas desaparecidos y evalúan el daño a sus propios orfanatos, clínicas, refugios y cocinas de caridad. HealingHaiti.org, un grupo cristiano de ayuda con sede en Minnesota, ha recibido apenas gotas de información desde Haití, pero ya se sabe que uno de sus orfanatos está dañado.

El destino de otro y sus ocupantes sigue siendo hasta ahora desconocido.

El director de vinculación con la comunidad de Haití perdió su casa, así que él y su familia han estado durmiendo en la calle. Un trabajador estadounidense sobrevivió al terremoto, pero estaba intentando encontrar a su hija. Su casa para niños inválidos quedó destruida, pero no había información sobre lo que pasó con sus ocupantes.

Médicos sin Fronteras, por su parte, expresó ayer su preocupación por la suerte de su personal local en la isla caribeña, ya que no había podido contactarse con todos ellos, como tampoco con todos los pacientes que estaban en sus hospitales afectados por el terremoto.



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