PUERTO PRÍNCIPE.— “Todo el mundo temblaba, era como un baile, la gente salía de los vehículos, corría y gritaba”, relató Jesús, un comerciante que se encontraba en una zona rural cercana a la capital del país, al momento de registrarse el poderoso terremoto.

Jesús dijo que “la carretera se abrió por la mitad” ante sus ojos. Su reacción fue encomendarse a Dios. “Soy cristiano y creo en Dios”, aseguró.

En Fond Parisien, una zona rural próxima a Puerto Príncipe, se hundió una explotación minera y quedaron personas atrapadas. También se cayó un hospital y se derrumbó una escuela, según Jesús.

“Todo comenzó a temblar, la gente gritaba, y las casas comenzaron a derrumbarse (...) Es un caos total”, dijo el periodista de Reuters Joseph Guyler Delva en Puerto Príncipe. “Vi gente bajos los escombros y gente muerta”, agregó, tras asegurar que había visto decenas de víctimas. “La gente gritaba ‘Jesús, Jesús’ y corría en todas direcciones”, dijo Delva.

Un camarógrafo de The Associated Press reportó que vio caer el hospital en Petionville.

Hablando a CNN desde Puerto Príncipe, Ian Rogers de la organización de caridad Save the Children dijo que podía escuchar los gritos y lamentos a través de la ciudad en penumbras.

“Todas las vías están bloqueadas actualmente”, dijo Rogers.

Las viviendas construidas en laderas de colinas se vinieron abajo en medio de tierra y escombros.

“Toda la ciudad está en oscuridad, tienes a miles de personas sentadas en las calles, sin ningún lugar a dónde ir”, dijo Rachmani Domersant, un gerente de operaciones de Food for the Poor.

Kristie van de Wetering, empleada de la organización humanitaria de Oxfam, describió la situación de la capital haitiana como “muy caótica, con las casas derrumbadas. Hay una capa de polvo que se levanta desde el sur de la capital”.

“Podemos oír a la gente gritando por todos los sitios. Se siguen produciendo réplicas (del sismo) y la gente está muy nerviosa”, señaló Wetering, en una comunicación con Oxfam en Nueva York. (Con información de agencias)