VARSOVIA .— El papa Juan Pablo II mantuvo una amistad espiritual con una mujer con la que compartió sus pensamientos pastorales en una correspondencia sostenida a lo largo de varias décadas.

La mujer defendió ahora esa correspondencia ante las críticas de algunos líderes eclesiásticos según los cuales “exageró” su amistad con el finado Pontífice y podría retrasar su beatificación.

Wanda Poltawska, de 87 años, dijo que su libro —una recopilación de sus meditaciones religiosas y las cartas pastorales de Juan Pablo II— en nada afectará el proceso de beatificación y restó importancia a quienes intentaron minimizar su amistad con su compatriota. “Las cosas que son sagradas y grandes no deben ser mostradas a la gente”, dijo Poltawska en una entrevista en su casa de Cracovia, en el sur de Polonia, donde el reverendo Karol Wojtyla fue invitado frecuente de su familia antes de ser elegido Papa en 1978.

“¿Que tiene de malo la amistad de un sacerdote con una mujer? ¿No es un sacerdote un ser humano?”, preguntó Poltawska.

Nadie ha sugerido públicamente que Poltawska y Juan Pablo II mantuvieran una relación romántica, y el libro no lo indica tampoco.

Ambos, que hicieron campaña juntos contra el aborto en Polonia bajo el comunismo, se llamaron hermano y hermana, y ella visitó con frecuencia al Santo Padre acompañada de su esposo, un filósofo, y sus cuatro hijas.

Para atajar cualquier conjetura, Poltawska dijo a The Associated Press que “trabajamos juntos en lo mismo. Llegamos a conocernos en el trabajo, y en nada más”.

El secretario privado de Juan Pablo, el cardenal Stanislaw Dziwisz, ha criticado a Poltawska por publicar el libro, alegando que la relación especial que mujer sostiene haber mantenido con el fallecido Pontífice en realidad nunca existió.

En una reciente entrevista con el diario italiano La Stampa, Dziwisz dijo que Juan Pablo tenía muchas amistades en Polonia y a todas ellas les hizo sentirse especiales, poseedoras de una amistad preferencial.

“Ese era su secreto: hacer que todos aquellos a los que estimaba sintieran que tenían una relación especial con él”, insistió Dziwisz. “La diferencia consiste en que doña Poltawska exagera su actitud, y fuera de lugar”.