ROMA (DPA y AP).— El líder libio Muammar al Gaddafi afirmó ayer, en el Auditorio de Roma, que en los países árabes “la mujer no es más que un objeto de decoración”, por lo que es necesaria “una revolución femenina”.

Sin embargo, al mismo tiempo, respaldó algunos de los principios más estrictos del Islam y criticó la historia de la emancipación de las mujeres en Occidente. El público de Al Gaddafi —más de 700 ejecutivas y políticas— respondió con aplausos y abucheos al discurso del controversial mandatario.

El líder libio lamentó que, en algunos países árabes e islámicos “una mujer es un como un mueble, puedes intercambiarla cuando quieras”.

Al Gaddafi usó como ejemplo el hecho de que en algunos países musulmanes, incluida Arabia Saudita, a las mujeres no se les permite conducir, pero añadió que no son los gobiernos los que deberían decidir ese derecho. “Si alguien ha de hacerlo, debería ser el marido, los hermanos, o el padre los que le den el permiso”, dijo Al Gaddafi, provocando un abucheo general.

También generó gritos de protesta cuando aseguró que las mujeres en Occidente lograron su libertad debido tan sólo a las guerras, ya que los hombres tuvieron que luchar, forzándolas a buscar trabajo. Tras su discurso, el líder libio tomó el velo de una de las mujeres que le acompañaban y lo usó para secarse el sudor de la frente.

El primer viaje del líder libio a Italia ha causado gran polémica. El jueves, fue criticado por su discurso ante los legisladores, en el que comparó los atentados de 1986 en Libia con los ataques terroristas de Osama bin Laden.

Oficialmente, la visita del líder libio finalizó ayer, pero Al Gaddafi permanecerá hoy en Tíber, en calidad de visitante privado.