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John McCain sorprendió a Estados Unidos y al mundo al dar a conocer el 29 de agosto, en Dayton, Ohio, a su compañera de fórmula: la hasta entonces desconocida Sarah Palin, gobernadora de Alaska.

En la era de las campañas por Internet, se inició de inmediato una intensa consulta en la red para saber quién era la elegida como candidata republicana a la vicepresidencia, a la vez que los medios la colocaban bajo un severo escrutinio: ¿quién es Sarah Palin y cuáles son sus méritos para aspirar a la antesala de la jefatura de la Casa Blanca?, fueron las preguntas que sacudieron la campaña del senador por Arizona.

A la curiosidad pronto se unió una actitud morbosa, pues, Sarah, una ex reina de belleza en Alaska, originó una ola de fotografías y videos trucados en los que aparecía en traje de baño, minifalda o portando armas, en lo que parecía una crítica social a su presunta frivolidad y sus posiciones políticamente incorrectas.

Los problemas para McCain comenzaron cuando la gobernadora abrió la boca.Si en un principio se consideró un acierto haber elegido a una mujer como aspirante a la vicepresidencia, la simpleza de Sarah, quien se autodefinió como una “hockey mom”, amante de la cacería y partidaria de taladrar su estado para sacar petróleo, terminó por convertirse en un lastre y muchos dudaron del buen juicio de McCain.

Sarah dejó atónito a medio mundo al argumentar experiencia en política exterior por el sólo hecho de que Alaska tiene fronteras con Canadá y está cerca de Rusia.

Luego vino el escándalo del vestuario. Los republicanos gastaron un millón y medio de dólares en ropa para que su candidata luciera bien, cuando ya EU vivía su mayor crisis económica desde 1929. Además, Sarah fue declarada culpable de abuso de poder al probarse que trató de despedir a su ex cuñado. Y peor aún, mostró un candor increíble al contestar el teléfono a un cómico canadiense que se hizo pasar por el presidente francés Nicolás Sarkozy. Lo cierto es que en el año que termina su nombre fue la palabra más buscada en Google, dejando a Obama en el sexto puesto. Y Sarah suena ya como aspirante republicana a la Casa Blanca en 2012.