WASHINGTON.— Tras un intenso y sigiloso proceso de consultas, las primeras señales de que el presidente electo, Barack Obama, ya tiene decidido los nombres de quienes integrarán su futuro gabinete económico apuntaban a favor de Tim Geithner como el más viable candidato al Departamento del Tesoro y del gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, como el hombre que tomará las riendas del Departamento de Comercio.

Las candidaturas de Geithner y Ri-chardson se producían en cascada, nada más conocerse la más que segura designación de Hillary Clinton como futura secretaria de Estado. La suerte de Hillary se había convertido en la variable que condicionaba el futuro político de Richardson en esa cartera.

El adelanto con dos de los nombres que encabezarán el gabinete económico llegó a través de la cadena NBC. Nada más trascender la noticia con la designación de Tim Geithner como nuevo secretario del Tesoro, el índice Dow Jones, principal indicador de Wall Street, se disparaba 340 puntos, 4%, tras una semana de pérdidas. De 47 años, Tim Geithner, ha sido presidente de la Reserva Federal de Nueva York desde el 2003 y ha trabajado de manera muy cercana con el secretario del Tesoro, Henry Paulson, en la gestión de la crisis.

De ser confirmado por el Senado, a Geithner le aguarda la responsabilidad de afrontar una desaceleración económica y una escasez crediticia que amenaza con crear la recesión más profunda en más de una generación.

La designación de Geithner, un hombre que conoce a fondo Wall Street y que ha sido la mano derecha del presidente del Banco Central, Ben Bernanke, no ha sido bien recibida, sin embargo, entre algunos círculos de centro-izquierda, que consideran a Geithner como un fiel exponente de la cultura de Wall Street y de quienes provocaron el problema que hoy ha sumido al país en la recesión.

Tras la designación de Geithner, todo parece indicar que el gran perdedor ha sido Larry Summers, a quienes muchos consideraban el candidato ideal. Fuentes del equipo de transición han adelantado que Summers podría quedar como sucesor del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. A la designación de Geithner se ha sumado así la de Richardson que, hasta el último momento, mantuvo su esperanza puesta en el sillón del Departamento de Estado que Hillary le ha arrebatado en un acto que hoy tiene todo el aspecto de una venganza.

Acusado de “traidor” y de “judas” por los más leales al clan de los Clinton, por haber ofrecido su respaldo a Obama antes que a Hillary durante las primarias demócratas, Richardson aspiraba a que el presidente electo le compensara su acto de arrojo y lealtad.

El interés, sin embargo, por garantizar un proceso de reconciliación con Hillary y Bill Clinton ha sido el principal motivo de Obama para preferir a su antigua adversaria y ofrecerle a Richardson la cartera de Comercio como premio de consolación.

Descendiente de mexicanos, Richardson será el más alto funcionario latino dentro de la administración Obama. De ser confirmado, sucedería en el cargo a otro latino de origen cubano, Carlos Gutiérrez, quien se ha desempeñado durante tres años como secretario de Comercio de George W. Bush.