WASHINGTON.— A menos de dos meses de unas elecciones que podrían marcar un antes y un después en Estados Unidos, la campaña del demócrata Barack Obama arreglaba apresuradamente las trincheras de sus ejércitos para cerrarle el paso a los republicanos John McCain y Sarah Palin y frustrar los intentos por arrebatarle la bandera del cambio y arruinar la más tangible oportunidad de los demócratas de reconquistar la Casa Blanca.

“Tenemos que ir por ella y lo más rápido posible”, comentó un estratega de la campaña demócrata que pidió permanecer en el anonimato, en medio de una intensa cacería de estrategas y de medios de comunicación empeñados en descubrir el verdadero rostro de Palin, una madre de cinco hijos a quien el propio equipo de Obama reconoce que será muy difícil de abatir sin desatar la reacción en contra del electorado femenino, blanco y conservador.

Mientras la aspirante republicana a la vicepresidencia prepara su repliegue hacia Alaska, con el fin de mantenerse alejada de los medios de comunicación tras su aparición estelar al lado de McCain, la campaña de Obama ha decidido enviar a un pelotón de abogados para sumarse a los equipos de investigación que ya han despachado distintos medios de comunicación. Entre esos medios figura el periódico The Washington Post, que ayer reveló que la gobernadora de Alaska cobró en sus primeros 19 meses en el puesto un total de 16 mil 951 dólares en gastos de viaje, pese a haber dormido en su propia casa. A estos gastos se han sumado más de 40 mil dólares que Alaska ha pagado a su esposo e hijos para cubrir sus gastos de avión.

Los gastos, justificados como “presupuesto de protocolo”, prometen convertirse en la primera entrega de una saga que buscará escarbar en los compartimentos más comprometedores de Palin, una mujer que ha permitido a McCain recuperar el impulso de la misma base ultraconservadora y religiosa que llevó a George W. Bush a la Presidencia.

En un intento por evitar la cacería de una mujer que, irónicamente, es una cazadora el Partido Republicano lanzó ayer una contraofensiva para acusar al Post de ser un periódico “a la caza del escándalo” y dijo que los gastos de Palin “están perfectamente documentados”.

Para neutralizar el “efecto Palin” la campaña de Obama relanzó una contraofensiva para denunciar los lazos de McCain con el poderoso mundo de los cabilderos en Washington.