BERLÍN.— Silvio Berlusconi, el hombre más rico de Italia, magnate de las comunicaciones, dueño del club AC Milán, líder desde hace 15 años de la derecha italiana, varias veces perseguido por la justicia de su país y acusado de ser un “padrino mafioso” por la oposición, comenzó ayer a saborear un triunfo político histórico.

Con casi el 50% de los votos escrutados, el famoso Cavaliere de la política italiana y, según la revista británica The Economist, el “hombre más peligroso de Europa”, está a punto de conseguir una cómoda mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado, una realidad que hará posible que Italia pueda contar, durante los próximos cinco años, con un gobierno fuerte y estable encabezado por él.

Aunque todavía no hay un resultado oficial, el candidato de centro-izquierda y líder del Partido Democrático, Walter Veltroni, admitió su derrota y felicitó al gran triunfador de las elecciones. Según la agencia italiana ANSA, Berlusconi se mostró “profundamente satisfecho” del resultado de las elecciones durante una conversación telefónica que sostuvo con su principal aliado, Gianfranco Fini. También dijo estar ante una “gran responsabilidad” y se manifestó dispuesto a trabajar conjuntamente con la oposición en las reformas necesarias. “Tenemos por delante meses difíciles, que nos demandarán mucha fuerza”, subrayó.

De hecho, pese a que aún no se anuncian resultados oficiales, Il Cavaliere designó ya al que será su ministro de Relaciones Exteriores. Se trata de Franco Frattini, actual comisario europeo de Justicia, Seguridades y Libertades.

Por primera vez en la historia parlamentaria italiana, los principales partidos de la izquierda italiana (socialistas y comunistas) no contarán con representación ni en la Cámara de los Diputados ni en el Senado.

En medio de la fiesta nadie quiso recordar que Berlusconi, cuando aterrizó en la movediza arena política de su país, prometió un nuevo milagro económico para Italia, convertida en un “lastre” para la Unión Europea, con un crecimiento económico de apenas 1.5% del PIB en 2007. Para el presente año, los pronósticos dicen que el país quedará al borde de la recesión.

En febrero, la actitud de Berlusconi fue distinta. “No sabemos, ni queremos hacer milagros”, dijo, en un raro e inusitado gesto de humildad, y admitió que se verá obligado a tomar medidas impopulares para sacar al país de la crisis. Pero Il Cavaliere, como siempre no quiso —o no pudo—, ofrecer detalles de las medidas que pretende adoptar.

Así, los italianos volvieron a entregar al político más polémico de Europa un poder casi absoluto durante cinco años, una inesperada última oportunidad para acometer la modernización del país. “Los italianos tienen una debilidad por los comediantes y los patriarcas, por eso han vuelto a elegir a Berlusconi”, dijo un diplomático europeo.