BOGOTÁ.— La senadora colombiana Piedad Córdoba, nombrada facilitadora del intercambio por el gobierno colombiano, visitó ayer al guerrillero Simón Trinidad, preso en Estados Unidos, mientras que el canciller de las FARC, Rodrigo Granda, viajó de Cuba a Caracas.

Los movimientos de ayer parecen indicar que, aunque aún tomará su tiempo, un acuerdo humanitario en Colombia que permita el intercambio de secuestrados por miembros presos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), está más cerca que nunca. La senadora de la oposición, Piedad Córdoba, quien fue la artífice del importante papel que Chávez está jugando en las negociaciones, se reunió ayer más de una hora con Simón Trinidad, quien cumple condena en EU por conspiración para el secuestro de tres contratistas estadounidenses.

El mensaje clave de Trinidad, cuyo verdadero nombre es Ricardo Palmera, giró precisamente en torno a este secuestro, pues según declaró la senadora al finalizar el encuentro, el guerrillero pidió a los altos mandos de su organización que envíen una prueba de vida de Marc Gonsálvez, Keith Stansell y Thomas Howes, secuestrados en 2003.

“Trinidad quiere hacer un gesto que indirectamente lo beneficie, en el sentido de que si él ayuda a sacar a los estadounidenses recibirá algún tratamiento de excepción por parte de la justicia, pues negociar directamente con el gobierno de EU es imposible”, explica Carlos Eduardo Jaramillo, miembro del equipo negociador colombiano en las fracasadas conversaciones de paz con las FARC que se llevaron a cabo en 1991 en Tlaxcala.

Granda, miembro de las FARC exiliado en Cuba desde que el gobierno colombiano lo excarcelara el pasado 4 de junio como gesto de buena voluntad, viajó a su vez a Caracas, informó Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado para la Paz de Colombia. Al parecer el objetivo sería reunirse con Hugo Chávez para concretar el ansiado encuentro entre el líder venezolano y voceros de las FARC.