CARACAS.- "¡Uh, ah, Chávez no se va...!". El cántico tronó con fuerza anoche en todo Venezuela. Hugo Chávez Frías, de 51 años, conquistó ayer el pasaporte para completar 14 años en el poder, al obtener, según resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) con 78.3% de los votos escrutados, 61.35% de los votos, lo que ratifica su liderazgo y le abre el camino para profundizar su "revolución" o abrirle la mano a la oposición que, contando con 38.39%, quedó por debajo de sus propias expectativas.

La elección que, a pesar de escasas y mínimas irregularidades fue considerada "transparente y limpia" por la mayoría de los actores, concluyó en una fiesta popular en el Palacio de Miraflores (sede del gobierno), con una concentración ante "el balcón del pueblo". El "¡Uh, ah!", el "Viva el 3 de diciembre, día de la victoria en que el horizonte Cristo redentor con sus brazos abiertos nos dio la victoria... Viva Bolívar... En este reino del socialismo que es el reino del futuro venezolano", en la voz del presidente fue el punto culminante de una jornada de colorida participación popular.

Pese a algunas denuncias, suspicacias lanzadas por su comando electoral, el candidato opositor Manuel Rosales no logró ese 40% que le hubiera permitido un piso más que óptimo para el futuro de su coalición.

No pudo con un candidato que no sólo cuenta con el carisma, sino con todos los poderes del Estado.

Ayer mismo, Rosales admitió su derrota: "Nosotros reconocemos que hoy nos vencieron".

Ahora los analistas se preguntan si Rosales será capaz de mantener una unidad mínima en las filas opositoras. "Esa es la gran incógnita que se abre ahora. El camino para la oposición se hace cada vez más difícil", explicó Roberto Guiusti.

La jornada de ayer inició a las 4:30 de la mañana, cuando "la diana militar" despertó a todos para alistarse a votar. Colas interminables, sillas y hasta viandas se observaban en las mesas electorales, muchas de las cuales extendieron dos horas más la votación ante la afluencia de votantes.

Chávez acudió cerca del mediodía al barrio 23 de enero, cuna del chavismo. Llegó conduciendo un "vocho rojo, rojito". Fue ovacionado, votó, y se mostró cauto y medido. Hasta saludó las palabras del subsecretario del Hemisferio Occidental de EU, Thomas Shannon, reconociendo el carácter democrático de las elecciones.

En la noche, cuando el CNE demoraba su primer boletín, se vivieron horas de confusión. Versiones y encuestas de boca de urna corrían por doquier. Incluso la cadena Telesur difundió una que daba a Chávez 58%, y desató críticas de la oposición. Juan Carlos Caldera, del comando de Rosales, denunció que "no se respetan las leyes". Pero todo volvió a la calma.

Ahora, con este nuevo triunfo, el cuarto en ocho años, Chávez llamó a profundizar el socialismo del siglo XXI porque "hoy comenzó una nueva época", y pidió que la oposición respete el resultado. William Lara, ministro de Comunicaciones, fue un poco más lejos. "Ahora vamos a trabajar para que todos los sectores de Venezuela se sientan representados".

Las palabras de Lara fueron interpretadas como un adelanto de la posibilidad de la normalización de esas dos Venezuelas que ayer volvieron a enfrentarse en las urnas. Aunque aquí, como todo, la última palabra sobre el camino por el que transitará con el peso de los votos la tiene Chávez, de aquí y hasta el 2013.