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Bush llega a Argentina en medio del repudio

José Carreño/Enviado| El Universal
Viernes 04 de noviembre de 2005
Temen un choque entre el presidente de EU y su colega Hugo Chávez. El mandatario no tiene otro mensaje que democracia y libre comercio

MAR DEL PLATA, Argentina.- El presidente George W. Bush llegó anoche a Mar del Plata, en medio de un impresionante operativo de seguridad y una hostilidad casi general, y con la idea de evitar que el venezolano Hugo Chávez se anote puntos a su costa.

Desde el aeropuerto de Camet, en las afueras de la ciudad, el presidente de EU fue trasladado en un helicóptero, con otro de apoyo, hacia el bunker del hotel Sheraton en la zona del Golf marplatense, donde incluso los 190 periodistas acreditados ante la Casa Blanca contarán con una sala de prensa propia, aislada del resto.

Bush, que enfrenta problemas políticos domésticos y habitualmente parece poco interesado en política exterior, llega a la Cuarta Cumbre de las Américas sin otro mensaje que seguir por el camino trazado en las anteriores, o sea fundamentalmente democracia y libre comercio, pero con un eco limitado en una reunión enfocada en la pobreza y los empleos.

Más aún, es un encuentro en el que no sólo está en agudo desacuerdo con muchos de sus contrapartes, sino que enfrenta el desafío del presidente venezolano, que de hecho financió una "contracumbre" y llegará aquí hoy a bordo de un tren en el que viajan también, entre otros, el ex futbolista Diego Maradona.

A todos los niveles, de hecho, la atención está en la posibilidad de un choque entre el presidente Chávez, que parece buscar el liderazgo de al menos una parte de los latinoamericanos, y Bush, que parece dispuesto al menos a no darle algún pretexto.

En todo caso, el vicepresidente venezolano José Vicente Rangel descartó que la cumbre vaya a convertirse en un "ring de boxeo" entre Bush y Chávez y aseguró que, más bien, "será un escenario para confrontar con seriedad y responsabilidad las diferencias en la concepción de la lucha contra la pobreza".

Hasta ahora, se recuerda, Bush ha mencionado a Chávez en muy raras ocasiones. Pero los anfitriones argentinos han hecho saber que no tienen forma, y algunos creen que tampoco el interés, de evitar un posible incidente.

"Hay razones para preocuparse de que este encuentro de presidentes, en un momento en que las relaciones Estados Unidos-Latinoamérica están profundamente atribuladas, pueda convertirse en un choque de trenes", advirtió recientemente Peter Hakim, presidente del grupo Diálogo Interamericano.

Y mientras en Estados Unidos los demócratas critican la falta de interés del gobierno Bush en la región y la pérdida de influencia de su país en un área que califican como "crítica", un diplomático latinoamericano de alto nivel lamentó que "hay un vacío en el liderazgo regional" en América Latina.

A diferencia de los encuentros anteriores de hace una década en Miami, de 1998 en Santiago de Chile y de 2001 en Québec, las expectativas para este encuentro son bajas y por tanto cualquier acuerdo, o simplemente la ausencia de confrontaciones, sería considerado como un resultado positivo.

La posibilidad de una Carta Democrática de más alcance que la que ahora postula la Organización de Estados Americanos (OEA) sería un paliativo a la postergada si no bloqueda posibilidad de un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.

Las quejas de que América Latina tiene poca prioridad para Estados Unidos son casi unánimes, al grado que José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), se sintió obligado recientemente a subrayar que Washington tiende a confundir "crisis" y "prioridad".

De acuerdo con fuentes estadounidenses y latinoamericanas, la estrategia de Bush es tratar de evitar que el mandatario venezolano se convierta en lo que un informante calificó como "dueño del circo".

Roger Noriega, ex subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, dijo que "no hay duda de que Bush presionara a sus colegas a subrayar su compromiso para defender la democracia y el imperio de la ley, profundizar las reformas económicas y expandir el comercio como receta para un crecimiento sostenido y equitativo".



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