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La desaceleración económica mexicana

José Luis de la Cruz Gallegos | El Universal
Lunes 29 de octubre de 2012

El fin del 2012 traerá consigo algo más que el cambio de página hacia otro año, en materia económica y social deberá enfrentarse un entorno que podría exacerbar y ahondar los desequilibrios que subsisten en México.

La actividad industrial de Estados Unidos continúa en franca desaceleración, sectores estratégicos vinculados a la tecnología y a la fabricación de automóviles detienen su marcha, situación que afecta a la economía mexicana. Las exportaciones de agosto y septiembre son un claro ejemplo de lo anterior, con incrementos marginales y una clara afectación a las ventas de manufacturas, el motor externo se ve limitado por la menor dinámica de la economía norteamericana y europea.

Las importaciones de bienes intermedios constituyen otro eslabón de la cadena que también reciente los efectos de la desaceleración, su caída representa que las empresas maquiladoras ya han frenado su producción.

Una baja en el ciclo industrial es lo que termina por corroborar que el aparato productivo mexicano ya se ve afectado por la desaceleración de EU. Sin embargo, la historia no termina en ese punto, si bien el mercado interno exhibe tasas positivas de crecimiento, también es una realidad que su ciclo ha comenzado a contraerse.

Este contexto aún tiene dos aspectos que deben mencionarse. El Banco de México ha comenzado a dar señales de que aplicará una política restrictiva si las presiones inflacionarias persisten. Lo anterior no es algo menor, particularmente porque los precios de los alimentos se han salido de control, particularmente en comestibles como frijol, huevo, carne de pollo, maíz y carne de res. Dado que en materia alimentaria el país no es autosuficiente, es evidente que la presión inflacionaria continuará presente en tanto que los precios internacionales de los alimentos se mantengan en niveles elevados. Si la inflación será un criterio, es altamente probable que en las próximas semanas el banco central aumente las tasas de interés.

Un potencial incremento en los réditos afectaría a una economía que ya enfrenta una desaceleración, pero en donde además existe un segundo elemento a contemplar, el referido al ajuste fiscal que Estados Unidos vivirá a partir de enero del 2013. Según lo programado por las autoridades de EU el próximo año deberá aplicarse una reducción del déficit fiscal cercano a 5% del PIB, situación que de aplicarse provocaría un mayor deterioro de su ciclo económico. Salvo que se apruebe un nuevo programa de ajuste, ese será el escenario que vivirá la primera potencia del mundo. Lo descrito incidirá sobre la gestión del próximo gobierno, por lo que es indispensable que se elabore un programa económico realista y que atienda la posibilidad de una profunda desaceleración. El deterioro social, el aumento de la inseguridad y de la pobreza, por citar algunos ejemplos, son elementos presentes en la actualidad nacional y si no se toman medidas precautorias difícilmente se podrá evitar un deterioro mayor.

El presupuesto constituye el primer paso; es indispensable que la elaboración de la ley de ingresos y el proyecto de gasto impulsen al mercado interno. Fortalecer la planta productiva, en los sectores industrial y agrario es fundamental, tanto para elevar la competitividad como para garantizar la estabilidad económica y social de México mediante la creación de empleo bien remunerado.

Equivocarse en la estrategia limitaría el alcance de la nueva gestión pública, la llevaría a administrar la crisis, tal como y sucedió en los dos sexenios previos: los resultados de crecimiento son los más bajos en casi 80 años, salvo por los observados en el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando la economía se colapsó y el modelo se cambió por uno que se agotó.

 

* Director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tec de Monterrey, Campus Estado de México



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