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La deuda pública: crecimiento constante

Gregorio Vidal*| El Universal
Viernes 06 de julio de 2012

vidal.gregorio@gmail.com 

En los años ochenta el país enfrentó en diversos momentos dificultades para hacer frente a los pagos por la deuda externa, en particular la del sector público. Conforme se realizaron cambios en la política económica y en la relación del país con la economía mundial la deuda externa disminuyó con relación al producto. Sin embargo, han existido algunos momentos en que ha debido recurrirse a contrataciones de carácter urgente. Como sucedió en el año 1995, en el contexto del denominado efecto tequila o, para usar la léxico nacional, después del error de diciembre. Hace pocos años, frente a la crisis económica global, se acordaron líneas de crédito con la Reserva Federal de Estados Unidos y con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo es claro que la mayor parte de la deuda pública es desde hace años deuda interna. En mayo de 2012, de la deuda bruta total del sector público, la deuda interna representa el 71%.

En un contexto de limitaciones a los movimientos de capital y, en particular, si existieren restricciones para que no residentes en el país pudieran adquirir títulos del gobierno y otras entidades del sector público colocados en México, el incremento de la deuda pública interna frente a la externa implicaría una diferencia importante. La deuda externa debe saldarse y su servicio se cubre en alguna divisa. Mientras que la deuda interna se salda con otros documentos y títulos denominados en pesos. Sin embargo, los hechos son diferentes. Considérese al respecto que en febrero del año en curso, los no residentes detentaban casi el 30% del total de valores gubernamentales en circulación. Las cifras varían constantemente y en cierto momento las ventas de estos papeles implican que algunos de los no residentes retiran sus capitales y para ello demandan divisas, preferentemente dólares estadounidenses. Los intereses pueden ser remitidos a los países de origen de los colocadores financieros demandando igualmente dólares. Tanto por el retiro de capitales, como por la remisión de intereses la diferencia entre la deuda interna y la externa desaparece. Además, la deuda interna se coloca ofreciendo rendimientos mucho más altos que la deuda del tesoro de EU.

De 2007 a la fecha hay un incremento apreciable de la deuda pública con relación al PIB que pasó del 22.6% en 2007 al 35.4% en 2011. El aumento de la deuda pública interna en el mismo periodo es notable. Del 31 de diciembre de 2007 al 31 de mayo de 2012 el crecimiento nominal de la deuda interna neta del sector público ha sido de 1.7 billones de pesos. Se puede señalar que en términos relativos la cifra no implica un problema mayor. Por ejemplo, al compararla con el incremento en el mismo periodo del PIB. Sin embargo hay dos elementos que deben considerarse y que dejan ver un serio problema vinculado ha este crecimiento. El aumento en el endeudamiento interno no se explica por la realización de inversiones por parte del Estado. Un organismo público como Pemex no ha realizado en épocas recientes inversiones importantes. La refinería que hace años se decidió construir, en 2008, no ha comenzado hasta la fecha. Ni siquiera se conoce el avance del proyecto ejecutivo. Las cifras macroeconómicas sobre la formación de capital por cuenta del Estado no indican incrementos. Incluso se defiende a ultranza la realización de proyectos público-privados para las más diversas actividades como encamino que debe seguir la inversión en el país.

El segundo problema es que gran parte del incremento de la deuda interna pública se explica por el pago de intereses, comisiones y gastos debidos a su administración. Las cifras, como se observa en la gráfica adjunta son relevantes. En 2009 los pagos por intereses y comisiones de la deuda interna del gobierno federal son mayores que el incremento de la deuda. En 2010 y 2011 superan en cada año el 50%. En 2008, la disminución de esta cifra se explica por una contratación neta muy superior a la que se tiene en promedio en el periodo de 2003 a 2011. Por tanto, la deuda pública interna está aumentando sin que ello implique incrementos en la formación de capital por parte del gobierno. Una parte importante de la nueva deuda se explica por el pago de intereses y el resto debido al financiamiento de las actividades corrientes del gobierno. Es sin duda un uso indebido de la deuda pública que no propicia el crecimiento de la economía del país.

* Profesor Titular, Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. http://gregoriovidal.izt.uam.mx



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