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WASHINGTON.— El presidente Barack Obama instó ayer a los líderes del Consejo y la Comisión Europea a trabajar a marchas forzadas para disipar los sombríos diagnósticos que se ciernen sobre la economía del viejo continente y cortar de tajo con la amenaza de un contagio a escala global.

“Si Europa se contrae o enfrenta dificultades, será más difícil para nosotros recuperarnos porque la creación de fuentes de empleo en Estados Unidos depende de nuestra capacidad para venderles productos y servicios”, aseguró Obama.

“La crisis europea es un asunto crucial para la economía estadounidense”, enfatizó Obama al ofrecer la más amplia cooperación de su gobierno para trabajar de forma concertada.

Tras el encuentro, el presidente Obama intentó desdramatizar el conclave que se produjo el mismo día en que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió que la Zona Euro está atrapada en una recesión y que Estados Unidos corre el riesgo de seguir sus pasos ante la incapacidad del Congreso de pactar una iniciativa que reduzca deuda y eleve ingresos mediante el fin de las exenciones fiscales.

Obama subrayó que su gobierno apuesta por el éxito de la Unión Europea a la hora de hallar la mejor forma de desactivar una crisis de deuda que ha colocado a Francia y Alemania del lado de quienes hoy están obligados a jugar el papel de villanos para meter en cintura a quienes, como España, Italia o Grecia, se comportaron como los nuevos ricos incapaces de administrar los años de la abundancia.

“Nos hemos concentrado, sobre todo, en conseguir la estabilidad de largo plazo”, dijo sin ofrecer mayores detalles el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, William Kennard.

Para un considerable grupo de analistas la posibilidad de que el cónclave de ayer en la Casa Blanca generara acuerdos concretos ha sido algo que la mayoría ha descartado. Entre otras cosas porque, en éstos momentos, el poder de decisión reposa sobre Alemania y Francia que en el curso de los últimos días se han enfrascado en intensas negociaciones para tratar de conformar un núcleo duro en la Zona Euro con el aval y la fuerza de las economías más fuertes.

Además, desde Berlín y París, la mayoría de los operadores coinciden en señalar que EU es el último país que podría aconsejar a la Unión Europea sobre la mejor forma de bajar el déficit.

“Que Estados Unidos se ocupe de resolver sus problemas, mientras tratamos de resolver la crisis”, consideró una fuente diplomática de la Unión Europea que pidió el anonimato.

Francia y Alemania han adelantado que se proponen a enmendar los diversos tratados de la Unión Europea para mejorar el funcionamiento que tiene la eurozona.

Una de las fórmulas que se analizan es con la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) intervenga en el mercado de deuda para aliviar la carga de Grecia, Italia y España.