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Una década de empleo precario

José Luis de la Cruz Gallegos*| El Universal
Lunes 04 de abril de 2011
Una dcada de empleo precario

. (Foto: )


La informalidad es consecuencia del deterioro generalizado del mercado laboral y es algo tan preocupante como las tendencias crecientes de la desocupación y la subocupación que se dan en el país.

También es inquietante la inestabilidad en el empleo y la nula recuperación del poder adquisitivo de los salarios de trabajadores. Todo ello refleja la precariedad existente en México y ante lo cual la reforma laboral propuesta no genera soluciones socialmente aceptables.

Debe recordarse que el consenso sobre la precariedad en el trabajo se centra en tres dimensiones: la inseguridad, la ausencia de protección legal, así como la falta de una relación permanente.

En México la informalidad y el empleo precario constituyen una realidad que supera a la parte formal registrada ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Durante los últimos diez años la situación laboral se agravó, y como ejemplo se pueden citar algunas estadísticas oficiales.

Las cifras

Al cierre del año 2000 existían 12.4 millones de trabajadores registrados en el IMSS, cifra que aumentó a 14.6 millones en 2010. En otras palabras, a lo largo de una década el número de personas que laboran y que recibieron la prestación de seguridad social que por ley les corresponde únicamente se incrementó en 2.2 millones, es decir, 220 mil por año. Para dar un contraste debe citarse que en el mismo lapso de tiempo el crecimiento demográfico fue de 13 millones de personas, es decir 1.3 millones al año, cantidad que pone en claro el déficit de generación de empleo.

Crece la informalidad

Adicionalmente, la informalidad y el empleo precario aumentaron vigorosamente. Para el mismo periodo de tiempo la economía informal pasó de 10.3 millones a 12.4 millones de trabajadores. En lo correspondiente a la falta de acceso a la seguridad social la cuantificación refleja un problema mayor ya que el número pasó de 24.5 millones a 28.5 millones de trabajadores: a cambio de contar con una fuente de empleo y de ingresos, la gente sacrificó la cobertura de salud que el marco legal debería garantizar.

Si bien los conceptos de desocupación e informalidad no capturan todo el deterioro que ha enfrentado el mercado laboral mexicano, no puede obviarse la irrefrenable alza en lo que al desempleo corresponde: se tenían 915 mil personas en dicha situación en el 2000 mientras que para el 2010 la cifra fue de 2.6 millones. Considerando a los trabajadores que no reciben prestaciones distintas a las de salud debe agregarse que los 11.6 millones contabilizados al final del año pasado representan un incremento de 1.5 millones respecto al cierre del 2000.

En términos de salarios los datos estadísticos no son para festinar. En la actualidad existen más de 5.8 millones de personas que como máximo perciben un salario mínimo, la misma cantidad que existía hace 10 años atrás. Los aproximadamente 10 millones de trabajadores mexicanos que ganan entre 1y 2 salarios mínimos constituyen una cifra parecida de quienes lo hacían a inicios del nuevo milenio. En conjunto este grupo vive en una situación de pobreza endémica, que no ha sido enfrentada exitosamente por la política económica de los últimos gobiernos, y que la reforma laboral planteada no resolverá.

Debaten flexibilización laboral

La aseveración surge porque el contenido básico de la propuesta es la de “flexibilizar” al mercado laboral, es decir, facilitar la contratación y el despido, con lo que se aumenta la precariedad del mercado laboral.

De igual manera permite este esquema ampliar la posibilidad de contratar por esquemas de tiempo más cortos, y con jornadas reducidas, todo lo que repercutirá en menores salarios, principalmente porque se tiene un gran número de gente desocupada y subocupada.

El debate para modificar el marco laboral será intenso, y el primer paso fue dado por quienes piensan que para ser más competitivos es necesario seguir sacrificando al bienestar de la población. Será importante que surjan alternativas que equilibren la balanza, de otra manera se corre el riesgo de un mayor retroceso social.

*Director del Centro de Investigación en Economía y Negocios Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.



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