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El tesoro perdido

El Universal
Viernes 11 de septiembre de 2009
La generación de riqueza producida por el boom petrolero puede leerse como la historia de dilapidación que ha dejado a México al borde de quedarse sin reservas; es el Pemex que recibe Juan José Suárez Coppel

La deficiente administración, mala planificación, excesiva corrupción y corporativismo sindical, así como reducidos niveles de inversión, convirtieron el llamado boom petrolero en una constante dilapidación del oro negro que poco sirvió para sacar al país de la miseria.

Entre 1988, cuando se empezó a manifestar el impacto del gran descubrimiento que fue Cantarell, y 2009, se han extraído del subsuelo casi 28 mil 938 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (crudo y gas), más de lo que actualmente guarda en cavernas y yacimientos Estados Unidos o lo que poseen juntos Brasil y Argelia.

Hoy, de acuerdo con la forma 20F, que Petróleos Mexicanos (Pemex) entregó el pasado 1 de julio de 2009 a la United States Securities and Enchange Commission (SEC, por sus siglas en inglés), México posee reservas probadas desarrolladas, es decir, aquellas que se espera que sean recuperadas de pozos existentes y que pueden ser extraídas con la infraestructura actual mediante actividades adicionales con costos moderados de inversión, de 8 mil 618 millones de barriles de petróleo crudo y condensados (reservas certificadas por firmas independientes), que a los ritmos de explotación actual hace suponer que tenemos crudo disponible comercialmente sólo para 7.5 años.

Riesgo de quedarse sin reservas

Esto significa que, sin descubrimientos importantes en lo que resta de la presente administración, para mediados del cuarto año del próximo sexenio México podría quedarse sin reservas con certidumbre razonable de ser extraídas de yacimientos conocidos.

Más aún, las reservas probadas, de donde se extrae la producción diaria y los excedentes para exportar se han reducido 58% en los últimos 10 años (incluyendo la reclasificación que sufrió el yacimiento Chicontepec en 2003).

La situación se complica más, pues una de las principales fuentes de divisas del país, el comercio exterior de petróleo crudo, empieza a tambalearse.

Tan es así, que de acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), las exportaciones de petróleo crudo hacia el principal cliente que tiene México, Estados Unidos, se ubicaron por abajo del umbral del millón de barriles por día en julio de este año (999.9 mil barriles), volumen que no se les vendía a las empresas petroleras que operan en ese país desde hace 15 años.

Se cancelan contratos

En virtud de la pronunciada caída de exportaciones de crudo hacia el mercado norteamericano, el Consejo de Administración de Pemex determinó cancelar contratos con clientes ocasionales para centrarse y conservar los contratos de largo plazo que tiene con petroleras como Chalmette Refining, Chevron USA, Citgo Pretroleum, ConocoPhillips, ExxonMobil Oil Cor., Hunt Crude Oil Supply, Marathon Petroleum, Shell Oil Co Deer Park y Valero Marketing & Supply, que son este momento las que absorben en total de crudo que México coloca en Estados Unidos y para evitar sanciones por incumplimiento.

Daría la impresión, comentó George Baker, consultor y especialista energético, que las autoridades mexicanas del sector pensaron que “nunca se iba a acabar el crudo”.

El problema no sólo ha sido la evidente sobreexplotación de yacimientos, acentuada en 2001-2006, pues conociendo que 140 campos habían empezado su fase de declinación, se autorizó aumentar la producción hasta alcanzar el máximo nivel en 2004: 3 millones 382 mil barriles diarios.

A partir de ahí, empezó una acentuada reducción de la producción del petróleo crudo, que ha colocado a la industria petrolera en una situación preocupante, pues durante 2010 México estará produciendo 882 mil barriles diarios menos que hace seis años, sin considerar que la Sener y Petróleos Mexicanos ajustaron a la baja las expectativas de lo que se puede esperar tanto de Cantarell como Chicontepec para los próximos 15 años.

 

Ingresos para todos, no para Pemex

Información de la Dirección Corporativa de Finanzas de Petróleos Mexicanos revela que entre 1993 y julio de 2009 la paraestatal ha generado aproximadamente 9 billones 285 mil millones de pesos (a precios actuales), que incluye ventas internas de crudo, petrolíferos y petroquímicos así como exportaciones de petróleo y derivados.

En ese periodo entregó al fisco 6 billones 165 mil millones de pesos, equivalentes a 66% de sus ingresos totales. De esos recursos, aproximadamente 3 billones 583 mil millones de pesos se generaron con la explotación de lo que fue el principal yacimiento petrolero de México entre 1997 y 2009, Cantarell; el activo Ku-Maloob-Zaap (ahora ya ubicado como el principal yacimiento) generó 959 mil 792 millones de pesos más en los últimos ocho años.

A pesar de permanecer con niveles muy reducidos de actividad, Chicontepec generó ingresos para la paraestatal mexicana por casi 75 mil 873 millones de pesos entre 2002 y 2009; la principal región gasífera del país, Burgos, generó 401 mil 947 millones de pesos entre 1997 y 2009; en tanto que del Programa Estratégico de Gas se obtuvieron 696 mil 436 millones de pesos entre los años 2001 y 2009.

En conjunto, estos cinco activos petroleros participaron con 62 centavos de cada peso generado por la industria petrolera. Sin embargo, la empresa sólo recibió vía inversión física presupuestal en esos 16 años aproximadamente un billón 399 mil millones de pesos, es decir, 15% de los recursos que generó, mientras que otra parte se esfuma en actos de corrupción que dañan el patrimonio de millones de mexicanos.

Una pequeña muestra

Los siguientes son algunos ejemplos que dan cuenta de ello.

En julio de 1983 encarcelan al ex director de Pemex Jorge Díaz Serrano acusado de haber adquirido en forma irregular durante su gestión como titular de la paraestatal dos barcos petroleros: el Abkatum y el Cantarell; en enero de 1988, el Ejército ocupa las instalaciones petroleras y encarcela al dirigente sindical La Quina por malversación de fondos; en enero de 2002, el ex director de Pemex Rogelio Montemayor y el líder petrolero Carlos Romero Deschamps son acusados de desviar mil 100 millones de pesos de Pemex para financiar la campaña del candidato presidencial Francisco Labastida del Partido Revolucionario Institucional.

En septiembre de 2002, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encuentra anomalías equivalentes a 2 mil 388 millones de pesos en los convenios suscritos entre Petróleos Mexicanos y el sindicato de la paraestatal durante el año 2000.

En julio de 2007, el ex director de Petróleos Mexicanos Raúl Muñoz Leos es acusado de haber firmado un convenio con el sindicato petrolero que ocasionó un quebranto a la paraestatal por mil 724 millones de pesos; en julio de este año, la Procuraduría General de la República (PGR) toma las instalaciones de Pemex para investigar las complicidades en el robo de combustibles del personal de la Gerencia de Seguridad Física de la paraestatal, lo que desemboca en la renuncia el director corporativo de Administración, Rosendo Villarreal, encargado de la seguridad de la petrolera mexicana. El hecho de que las ganancias no se hayan reinvertido en la industria petrolera ha provocado falta de mantenimiento, la obsolescencia de la infraestructura, brechas operativas y rezagos o atrasos de hasta 20 años respecto a la innovación tecnológica de otros países productores, problemas que Juan José Suárez Coppel, nuevo director de Petróleos Mexicanos tuvo que reconocer en su toma de posesión el pasado lunes 7 de septiembre:

Petróleos Mexicanos está rezagado, le faltan recursos para invertir y operar y enfrentar “problemas internos, deficiencias operativas y de capacidad de ejecución”, indicó.

De hecho, Esteban Levín Balcells, el actual director corporativo de Finanzas, recibe a su anterior jefe con una mala noticia: faltan 358.5 millones de pesos para actualizar la infraestructura tecnológica de la Dirección Corporativa de Finanzas (DCF), que la dirigió Suárez Coppel; el faltante podría provocar “incumplimiento en el pago y emisión de la deuda externa de Pemex; la suspensión e incluso deslistado de la cotización de valores de la empresa en la Bolsa de Valores de México y Estados Unidos; no poder acceder a fuentes de financiamiento; incumplimiento en la contratación y pago de personal sindicalizado, que podrían traducirse en demandas o paros laborales, entre otros”.

Equipos obsoletos

La Gerencia de Soporte y Operación Financiera de la DCF de Pemex explica en el documento Actualización de la Infraestructura Tecnológica de la DCF, con fecha de julio de 2009, que los equipos de cómputo de esta dirección, “por el grado de obsolescencia, pueden presentar fallas que interrumpen la operación de los diversos sistemas y servicios del área de finanzas, por lo que los impactos y riesgos financieros y operativos son incalculables.

Pareciera que el tiempo no transcurre en Petróleos Mexicanos.

En noviembre de 2006, Luis Ramírez Corzo, el ex director de Petróleos Mexicanos, planteó que en 2001 habían recibido una industria en situación de verdadera emergencia: sus reservas de hidrocarburos registraban un descenso constante; caída acelerada de la producción de crudo ligero, pasando de 910 mil barriles diarios en 1996 a 733 mil barriles en 2000; la producción de gas natural había comenzado su caída a partir de 1998, pasando de 4 mil 790 millones de pies cúbicos diarios a 4 mil 676 millones en el año 2000, situación que continuó hasta 2002.

Además, los proyectos de reconfiguración de las refinerías de Cadereyta y Madero presentaban retrasos significativos; se detectaron importantes rezagos en mantenimiento de ductos y serias deficiencias en la infraestructura de almacenamiento y transporte.

Abandono de instalaciones

La infraestructura de petroquímica mostraba obsolescencia creciente, asociada a un serio abandono de las instalaciones, mientras que la situación financiera de Pemex experimentaba un deterioro creciente, ya que a partir de 1998 la empresa registró pérdidas netas, lo que eventualmente llevó al patrimonio a tornarse negativo. Al mismo tiempo, la relación con el sindicato era complicada debido al entorno político.

En consecuencia, se buscó en primera instancia alcanzar una producción que alcanzase 4 millones de barriles diarios; una plataforma de producción de un millón 850 mil barriles diarios y una producción de gas de 7 mil 700 millones de pies cúbicos por día.

Sin embargo, siete años después, concretamente en junio de 2008, el ex director de Pemex Jesús Reyes Heroles planteó un escenario muy parecido al diagnóstico del primer año del ex presidente Vicente Fox Quesada, en su Programa para Incrementar la Eficiencia Operativa en Petróleos Mexicanos y sus Organismos Subsidiarios (PEO):

“Hoy en día la producción de petróleo crudo y gas en el país está sustentada en campos que han alcanzado su etapa de madurez. Derivado de ello, de 2005 a la fecha la producción de petróleo ha acumulado una caída de 300 mil barriles diarios; el Sistema Nacional de Refinación (SNR), que cuenta con seis refinerías, resulta insuficiente para satisfacer la creciente demanda de petrolíferos del país, lo que ha redundado en importaciones cada vez mayores, principalmente de gasolinas, que representan 43% de las ventas totales”. Además, Pemex-Refinación presenta importantes brechas de desempeño respecto a los estándares de la industria. Al ser comparadas con refinerías equivalentes en otras partes del mundo, las refinerías de Pemex-Refinación registran menores rendimientos de productos de alto valor y mayor consumo de energía.

Por otro lado, el mantenimiento del SNR es más reactivo que planificado, su ejecución es poco efectiva y no se cuenta con diagnósticos integrales.

Esta situación se refleja en el número de paros no programados, equivalente a 4.2 veces el observado en la referencia de la industria.

Considérese que existen retrasos importantes en la ejecución de proyectos, ocasionados principalmente por problemas en las etapas de definición de alcance, contratación y seguimiento, lo que resulta en costos adicionales y retrasos en la entrada en operación de dichos proyectos.

Se pierde flexibilidad operativa

Petróleos Mexicanos-Refinación enfrenta un importante rezago en la construcción de infraestructura, tanto de transporte como de distribución y manejo de productos. Esta situación le ha restado flexibilidad operativa y ha limitado su capacidad para responder de manera eficiente a las necesidades del mercado, lo que ha incrementado la vulnerabilidad de sus operaciones.

Por si eso fuera poco, la capacidad de transporte actual se enfrenta a la saturación de los sistemas de transporte por ducto y marítimo, así como de la capacidad de almacenamiento y distribución en las zonas de mayor demanda. Da la impresión de que entre 2001 y 2008 no se hizo nada para solucionar los problemas de Petróleos Mexicanos, sostuvo el analista Jaime Brito, consultor de la firma PFC Energy.

Incluso, las metas que ha fijado ahora la paraestatal son mucho más modestas: mantener los niveles de producción en 3 millones de barriles diarios de petróleo crudo y en más de 6 miles de millones de pies cúbicos diarios de gas.

Pero la deficiente planificación y los magros resultados alcanzados hasta junio de este año fueron motivo suficiente para que la titular de la Secretaría de Energía, Georgina Kessel Martínez, reprochara el pasado 4 de septiembre al entonces titular de Pemex el no haber podido mejorar ni la situación financiera ni operativa de la empresa.

En las observaciones al segundo Informe Trimestral 2009 del PEO, la encargada de la política energética de México asegura que las acciones para incrementar la eficiencia operativa de Petróleos Mexicanos “no cuentan con una calendarización y en algunos casos no establece una relación clara entre el avance de las mismas y su contribución a los objetivos del programa, por lo que se debe dar mayor énfasis a las acciones y mejorar sus áreas de planeación y calidad de sus pronósticos”.

La funcionaria recomienda que la empresa complemente los informes con comparaciones internacionales para saber si se ubican en niveles competitivos y, que el cumplimiento de las metas incidan favorablemente con los resultados financieros de la paraestatal, “lo cual hasta el momento no se ha observado, razón por la cual el desempeño operativo actual no se ha traducido en mejores resultados”.

Hoy el nuevo director, Juan José Suárez Coppel, plantea el mismo escenario. Pemex está produciendo un millón 381 mil barriles diarios menos que los que se propuso el ex presidente Vicente Fox Quesada y 381 mil barriles menos que los propuestos para esta administración, lo que al final le costó el puesto a Jesús Reyes Heroles.

Con respecto al gas se están produciendo 781 millones de pies cúbicos menos que los propuestos en 2001 y 919 millones más que la meta para el periodo 2006-2012.

Actualmente, la deuda total de Pemex asciende a un billón 316 mil millones de pesos (99.9 mil millones de dólares), mientras que los recursos comprometidos para los trabajadores que alcanzan la edad del retiro suman 516 mil 815 millones de pesos. Por si eso fuera poco, al 31 de junio del año en curso, tres de las cuatro filiales de Pemex registraron pérdidas: Exploración y Producción 15.6 mil millones; Refinación 21.4 mil millones; y, Petroquímica Secundaria 9.8 mil millones de pesos.

 



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