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Microsoft sufre nuevos problemas

El Universal
Jueves 20 de septiembre de 2007

Microsoft enfrentó un desagradable revés por parte de la Corte europea de Primera Instancia esta semana. La Corte apoyó el dictamen de la Comisión Europea, al que llegó en 2004, en el que afirmó que el grupo de software abusó de su cuasi monopolio en el ámbito de las computadoras personales para bloquear a los competidores.

Microsoft no sólo enfrenta la renovada amenaza de multas si no cumple con las ordenes de la Comisión, sino que ésta última podría tratar de restringir el Windows Vista, la versión más reciente del programa operativo que Microsoft originalmente produjo en un esfuerzo por competir contra la interfaz de usuario gráfico creada por Apple. Neelie Kroes, comisionada de competencia, dijo que le gustaría que la participación de Windows en el mercado cayera más de 90%, a aproximadamente 50%.

Suena intimidante, pero el mayor reto que enfrenta Windows no es la amenaza de los reguladores de la Unión Europea. Es que el programa operativo de Microsoft, su producto más emblemático, no funciona a la perfección.

No llegué a esta conclusión de manera inmediata. Fui de los primeros usuarios del 3.1 luego de que Microsoft lo lanzara en 1992. Desde entonces he probado el Windows NT y el Windows 2000 en el trabajo, así como el Windows 95, Windows 98, Windows ME, Windows XP y, más recientemente, el Windows Vista en mi hogar. En todas las ocasiones tuve la esperanza de que Microsoft había resuelto una serie de problemas profundamente arraigados. Esto representa una década y media de decepción, algo que no muchos soportarían.

Windows opera bien. Cuando la computadora está encendida y funcionando, y mientras no se tenga que cambiar entre distintas aplicaciones, funciona correctamente. Sin embargo, me temo que dichas aplicaciones y ese sistema se congelan y fallan al utilizar una PC, y es necesario esperar una eternidad para que la computadora recobre la consciencia.

He visto a Bill Gates, cofundador de Microsoft, ofrecer presentaciones sobre el modo en que la próxima generación de software cambiará las vidas de la gente y nos permitirá realizar distintas tareas sin contratiempo alguno. Luego veo mi laptop, a la que tengo que quitarle la batería cada vez que se congela, y quiero gritar: “¡Olvida todo eso, Bill, sólo haz que funcione esta cosa!”

No soy partícipe de la postura de que Microsoft es inherentemente malvado o incompetente. La gente de Microsoft que he conocido es bastante amigable e inteligente y parece estar esforzándose mucho por complacer a sus consumidores. Otras partes del software de Microsoft, incluyendo el paquete Office, el sistema operativo Xbox, e incluso el software operativo Windows Mobile para teléfonos celulares, se ven bien y funcionan de acuerdo con lo prometido.

No, el problema es el Windows para computadoras personales. El renacimiento de Apple, encabezado por el iPod, ha animado a más consumidores a adquirir computadoras Mac con su software operativo OSX. Yo soy uno de dichos consumidores, y tener una PC y una iMac en casa ofrece una comparación. Utilizo la iMac cada vez que puedo porque sé que iniciará mucho más rápido que la máquina con Windows Vista, y es menos probable que se quede congelada.

Hasta cierto punto, no es una comparación justa. La razón por la que Windows funciona tan lento es porque pesa más que el OSX, y esto se debe a que tiene una mayor capacidad.

El dominio de Windows se debe en parte a que es compatible con un gran número de programas de otras compañías. Eso es algo bueno para Microsoft puesto que para los consumidores resulta prácticamente imposible abandonar Windows. Pero también significa que Windows debe incluir varios programas adicionales y drivers para que todos esos programas compatibles funcionen correctamente, lo que hace que el programa sea más lento.

Otra de las razones por las que Windows es más lento es el pasado. Microsoft está aferrado al principio de “compatibilidad con versiones anteriores”, en la que todo el software para versiones anteriores de Windows debe funcionar con las nuevas versiones.

Esto es admirable pero significa que Microsoft nunca ha sido capaz de dar borrón y cuenta nueva para deshacerse de los virus y peculiaridades acumuladas, como lo hizo Apple con su OSX en 2001.

El resultado es que, sin importar cuánto se esfuercen por que cada nueva versión de Windows sea más confiable, luego de un tiempo los viejos demonios regresan. Esa, desde cualquier punto de vista, es mi experiencia con Vista.



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