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Atacan a VW por recorte de empleos

Por Sarah Laitner en Bruselas y John Reed en Londres| El Universal
Miércoles 22 de noviembre de 2006
Bélgica critica a la empresa, que prefirió conservar sus fábricas en Alemania

Bélgica criticó ayer a la empresa automovilística Volkswagen (VW) por sacrificar miles de empleos de su planta en Bruselas para evitar el cierre -políticamente complicado- de fábricas en su país de origen, Alemania.

Trabajadores quemaron la bandera de la compañía frente a la fábrica de Bruselas, al tiempo que los sindicatos y la administración se reunían para discutir el recorte de empleos.

La compañía -que se encuentra en medio de una profunda reestructuración- transferirá toda la manufactura de su vehículo compacto Golf a su ciudad natal, Wolfsburg, y a Mosel, en el este de Alemania.

VW, el fabricante de autos más grande de Europa, despedirá a cerca de 3 mil 500 trabajadores en Bruselas, y sólo se quedará con mil 500 empleados para producir el auto más pequeño -Polo- en la planta.

Guy Verhofstadt, primer ministro de Bélgica, dijo que "me desilusiona darme cuenta de que esta decisión se basó, esencialmente, en consideraciones nacionales".

El enojo hacia VW pone de manifiesto la creciente inquietud sobre el futuro de la producción de autos en las economías occidentales, de altos salarios, en medio del temor de que se perderá más producción para ser trasladada a países del este con menores costos, como Eslovaquia y la República Checa.

La supervivencia de la planta de VW en Bruselas ha estado en duda durante meses, al tiempo que la firma alemana emprendía un programa de reducción de empleos, extensión de los turnos de los trabajadores sin incrementar al salario y el cierre de algunas de sus operaciones.

A pesar del aumento en el precio de sus acciones y su creciente participación en el mercado europeo, VW enfrenta un exceso de capacidad en Europa.

Por esa razón es que se está deshaciendo de 20 mil empleos en Alemania.

Sin embargo, el cierre de plantas en el país, sede de más de la mitad de los 329 mil empleados de VW, es demasiado complicado -a nivel político- para ser viable.

Apenas en junio pasado, Wolfgang Bernhard, presidente de VW Brand Group, dijo a los trabajadores en Wolfsburg que sus costos eran un tercio más altos que los de otras plantas alemanas.

Desde entonces la compañía acordó con los sindicatos incrementar la semana laboral de 28.8 a 33 horas.

Pero analistas de la industria dijeron que la planta de Wolfsburg es una de las menos productivas de Alemania.

Medios belgas citaron a Jan Van der Poorten, del sindicato socialista, quien describió la pérdida de empleos como la "mayor catástrofe", y puso en duda el futuro de las instalaciones.

Jan Van der Poorten dijo: "No veo cómo la fábrica puede ser viable con una fuerza laboral de sólo mil 500 empleados".

Al respecto, VW dijo que esperaba mantener tantos empleos como fuera posible.

En 1997, Renault enfrentó acusaciones similares de proteger empleos franceses a expensas de Bélgica, cuando la compañía cerró abruptamente su planta en Vilvoorde.

La decisión desencadenó un boicot nacional contra los vehículos Renault.



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