Aquellos que no les gusta que sus prejuicios más profundamente arraigados sean puestos en duda, es mejor que no sigan leyendo. Y es que de acuerdo con una de las principales cuatro firmas de auditoría, la contabilidad se ha vuelto "sexy".

Se dice que todas las desagradables bromas respecto de que la contabilidad atrae a gente que no tiene el suficiente carisma ni para convertirse en agentes funerarios, deberán ser consignadas al bote de basura. En un mundo en el que los escándalos corporativos pueden provocar un caos, los contadores ya no son aburridos rumiantes de números, sino árbitros cruciales del sistema financiero internacional.

Bueno, eso es lo que KPMG quiere que creamos. Ruth Stokes, jefa de contrataciones, dijo que su batalla por encontrar talento joven recibió una gran ayuda del "cambio en la imagen de la industria, que luego de asuntos como el escándalo de Enron tiene que ver mucho menos con trajes grises y se vuelve cada vez más sexy".

No todos piensan lo mismo

No obstante, una encuesta realizada en línea respecto de los personajes jóvenes más candentes del mundo de las finanzas, de los medios y del derecho en Londres, mostró una historia diferente.

Con una caótica respuesta un empleado de relaciones públicas dio a conocer una experiencia personal: "En una cena me tocó sentarme junto a un contador, y tuve que pedir que me cambiaran de lugar antes de que verdaderamente lograra matarme del aburrimiento".

Los cínicos podrían argumentar que las afirmaciones de la nueva imagen moderna de los contadores no son más que un esfuerzo de parte de la profesión por su imagen pública. A finales de 1990 una picante novela que retrataba a los contadores bajo una absurda luz de glamour fue presentada a los estudiantes de Reino Unido en un vano intento por convencerlos a optar por la buena vida de los contadores.

Otra señal de desesperación, es el patrocinio del Chartered Institute of Management Accountants para el sitio virtual www.extreme-accounting.com, en el que los miembros de este sector pueden publicar sus fotos, calculando la depreciación indirecta de los activos corporativos en escenarios poco probables. En lo alto de las montañas, por ejemplo.

Tom Hughes, director de MilkRound, que organiza ferias sobre los distintos tipos de carreras impartidas en las universidades alrededor de Reino Unido, no se deja engañar.

"Es un trabajo predecible y seguro, con el que se gana razonablemente bien y la mayoría de los estudiantes lo eligen porque no saben qué otra cosa hacer".

No obstante, califica la actual demanda de las grandes firmas como algo "sorprendente", pues las empresas se apresuran a no dejar escapar a la gente que les ayude a manejar el trabajo extra generado por las demandas gemelas de los estándares financieros internacionales y el Acta Sarbanes-Oxley de Estados Unidos.

La ironía es que aunque el hecho de que se requiera más responsabilidad para evitar otro caso como el de Enron pudo haber hecho más importante el trabajo de los contadores, también puede estar haciendo que sus empleos sean incluso menos atractivos.

Como señaló un desilusionado contador de PwC en un correo electrónico dirigido al Financial Times la semana pasada, su trabajo es una "entrada de datos glorificada".

Sin embargo, añadió alegremente, renunciará a su trabajo para incorporarse a un banco de inversión, en "un papel que me pondrá a prueba mentalmente y, lo que es más importante, me ayudará a impresionar a las chicas".