Sigue la caída del cómic nacional
Este año tampoco será fácil para la industria del cómic mexicano. Se calcula que habrá menos de 151 títulos: 74 de origen extranjero (en su mayoría traducidas), 28 enfocadas a la pornografía y sólo 49 que se presumen como 100 por ciento mexicanas, que en su totalidad reciclarán historias y personajes. Hace tres décadas, se vendían 300 títulos por semana y 25 millones de copias, también a la semana. Incluso, todavía hace diez años, existían 40 comerciantes de cómics: hoy sólo hay seis distribuidores que no venden más de 4 millones de ejemplares al año, incluyendo los extranjeros, tanto traducidos como de importación. El éxito de Pepín , que en 1936 lograba vender 700 mil ejemplares diarios, ha quedado en el recuerdo, mientras se incrementa la fuga de dibujantes mexicanos a Estados Unidos, como de los legendarios Humberto Ramos, Ricardo Delgado, Francisco Velasco, Roberto Flores y Óscar González Loyo, que son los responsables de personajes tan famosos como el Hombre Araña . Incluso, hay estimados menos optimistas, que señalan que este año no habrá más de 78 títulos diferentes en el mercado mexicano, los cuales no superarán los nueve ejemplares anuales. Algunos expertos atribuyen esta crisis a la cada vez más abundante presencia de cómics extranjeros, sobre todo de origen estadounidense, y al recién iniciado boom de la historieta japonesa, que se incrementa con las caricaturas televisivas. Otros, sin embargo, indican que se trata de un fenómeno cultural, típico del mexicano, que prefiere siempre consumir lo proveniente de otros países, amén de que los hábitos de lectura del país siguen siendo escasos. Un factor más que ha lastimado la compra de historietas mexicanas es la plusvalía que han alcanzado los ejemplares viejos , que los comerciantes han catalogado bajo la etiqueta de "coleccionables": cómics editados hace 30 años se valoran ahora hasta en mil dólares, lo que sin duda los hace inalcanzables. Lo interesante es que están recurriendo a internet para no quedarse fuera: lo digital, además de abaratar costos (hasta 90 por ciento ), proporciona la oportunidad de brindar mayor calidad en los dibujos, internacionaliza los trabajos y evita la fuga de ganancias, que generalmente quedan en manos de los distribuidores y no de los creadores. Este el caso del personaje Karmatrón , de Óscar González Loyo, que a partir de octubre de este año resurgirá en un sitio de internet y se venderá a 25 pesos por ejemplar. Otros supervivientes ya empezaron a crear nuevos mecanismos de distribución en todo el país para ejemplares de papel, a fin de evitar la competencia, para muchos desleal, del cómic extranjero y fomentar nuevos hábitos de compra.
Estrategia de supervivencia
Actualmente y desde 1995, los cómics mexicanos, denominados por los expertos como simplemente historietas, son sustentados por dibujantes independientes, que a través de asociaciones como Cygnus Studio, publican, sustentan y publicitan sus títulos.