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El federalismo fiscal mexicano genera los peores incentivos y conductas, tales como los desfalcos de Granier y otros gobernadores, por lo que una reforma hacendaria que no cambie ese esquema quedará incompleta en sus propósitos, advirtió el centro de análisis de políticas públicas: México Evalúa.

En entrevista, la directora general del instituto, Edna Jaime, comentó que el pacto fiscal, como está en este momento, quedó agotado, por lo que hoy las autoridades del país y los partidos políticos tienen la oportunidad para avanzar en temas como la rendición de cuentas, la transparencia y el control anticorrupción.

“Estamos viendo como se desfalcan las haciendas estatales, como no hay sistema de control y fiscalización; estamos viendo una danza de miles de millones donde el ciudadano sólo es un espectador y lo único que queda claro es la debilidad de los mecanismos de rendición de cuentas, ahí se tiene que trabajar en la reforma hacendaria”, dijo la experta.

Para Edna Jaime, la reforma hacendaria del país es la madre de todas las reformas; sin embargo, ésta debe ser cuidadosa y equilibrada para no afectar a las personas de menores recursos. También consideró que al gobierno federal y a la clase política del país le hace falta tener una mayor comunicación con la ciudadanía del alcance de los cambios estructurales que requiere el país.

“Les falta hacernos una buena venta de las reformas, nos tienen que enamorar de ellas y nos tienen que enamorar del futuro que tiene México si se llevan a cabo. Todos debemos subirnos a este proyecto”, afirmó.

¿Hay que tocar a estados y municipios en la reforma fiscal?

El tema del federalismo fiscal genera los peores incentivos, entonces si no está en la agenda y no hay un planteamiento en este ámbito cualquier reforma fiscal será parcial. No nos asegurará a los mexicanos que dotar al Estado mexicano de mayores capacidades de gasto se traduzcan a mayores niveles de bienestar.

¿Gastos fiscales, otra área de oportunidad?

Mucho se habla de que nuestro sistema fiscal es un queso gruyere. Cualquier reforma fiscal debe comenzar por ahí para saber quién paga impuestos y quien no, qué privilegios existen y qué gremios resultan beneficiados y ver sí cumplen con su objetivo.

¿Homologación al IVA?

Tendría un efecto benéfico para la economía porque es una manera automática de ampliar la base de contribuyentes porque es un impuesto universal y de fácil administración. El problema es que tendría un costo para ciertos grupos de la sociedad porque a las familias más pobres les pegaría considerando que gran parte de su gasto se destina a alimentos y medicinas. Si se homologa el IVA debe considerarse un mecanismo de compensación justamente para esas personas.

¿Le preocupa una reforma recaudatoria?

Me preocupa que la reforma hacendaria se quede sólo en eso, en que sea recaudatoria y que no cambie todo lo demás. Tiene que ser más integral, que promueva el crecimiento y la generación de riqueza, pues será la única manera en la que tendremos mejores políticas redistributivas.

¿Es 2013 la última oportunidad para concretar esta reforma?

Es difícil saberlo, pero si no hacemos nada hablaremos de un México que no crecerá por arriba de 3.5%, con rezagos en generación de empleo y estancamiento en la inversión. Un país con reformas bien hechas nos puede acercar, quizá no en esta administración, pero si en años más adelante a la meta de 7%.