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Análisis. ¿Cuánto cuesta equivocarse?

José Luis de la Cruz Gallegos | El Universal
Lunes 19 de enero de 2015
Los reguladores mexicanos deben aprender de los errores cometidos por su contraparte europea

La respuesta en economía puede ser el destino de un país, particularmente cuando de manera sistemática se tiene crecimiento modesto y no se mejora la condición de vida y seguridad de las personas. Además, ello es sinónimo de la precariedad económica en la que viven sus empresas: los efectos del bajo crecimiento económico estructural siempre alcanzan a las mayorías.

Durante los años 70 México se vio envuelto en la burbuja formada por el incremento de los precios del petróleo, la administración de la abundancia parecía ser el reto para una economía que había vivido un periodo previo de expansión, el conocido como el Milagro Mexicano.

La apuesta del gobierno fue aumentar su gasto público, particularmente el relacionado con la inversión en la infraestructura del sector energético. El descubrimiento de nuevos yacimientos de un petróleo que cada vez se vendía a precios más elevados auguraba un éxito para dicha estrategia.

Además, el crecimiento económico superaba el 6% cada año, lo cual terminaba por generar un escenario optimista para un país que además tenía acceso a crédito barato; los principales bancos privados de aquella época otorgaban préstamos abundantes en función de la garantía que representaba el recurso energético.

Parecía que era posible dejar de lado la disciplina fiscal aplicada durante los años 50 y 60; los futuros rendimientos del sector energético serían suficientes para poder hacer frente a los compromisos contraídos.

El problema fue que la realidad cambió a principio de los años 80, la inflación observada en Estados Unidos y Gran Bretaña orilló a que sus respectivos bancos centrales elevarán las tasas de interés, provocando con ello la quiebra casi automática de todas aquellas naciones que escucharon el canto de las sirenas del crédito barato al que habían tenido acceso durante la década previa.

La desaceleración de la economía global fue el resultado de dicha política monetaria, efecto que se conjuntó con la caída de los precios del petróleo y la mala administración de los recursos financieros para propiciar que México haya vivido una crisis que modificó la historia del país.

Desde ese momento el país no ha vuelto a encontrar un periodo de expansión vigoroso y sostenible. Tampoco ha podido frenar la espiral de pobreza y precarización de su mercado laboral, lo cual ha inhibido el desarrollo del mercado interno.

El cierre de empresas mexicanas se dio por cascada, no podían competir en los mercados internacionales, no contaban con la tecnología, el financiamiento, la infraestructura y el capital humano necesario.

Para buscar superar la crisis se aplicó un modelo basado en apertura comercial y privatizaciones. Sin embargo, no se implementó un entorno económico adecuado para ello. Como resultado el país quedó dividido en regiones y sectores que lograron superar la crisis económica y otros que aún viven las consecuencias de la llamada década pérdida.

Hoy México vuelve a enfrentar un periodo de redefiniciones económicas, el petróleo, la deuda, las tasas de interés y el bajo crecimiento económico obligan a preguntarse si la estrategia económica implementada es la óptima para resolver los rezagos económicos y sociales existentes. En caso de que no sea así. el costo podría ser muy elevado.

A diferencia de la década de los 80 hoy no venimos de un periodo previo de expansión, no hay un Milagro Mexicano que dé margen de error. Por el contrario, se viene de un sexenio en donde la pobreza y la inseguridad se incrementaron, de 10 años en donde los excedentes petroleros fueron utilizados para incrementar un gasto público poco eficaz y en donde la reforma fiscal frenó la inversión privada.

Salvo que el escenario externo se modifique, y torne más favorable, México deberá hacer un nuevo ajuste a su estructura económica. En esta ocasión deberá aplicarse uno en donde no se afecte el crecimiento económico; el costo de hacerlo puede ser muy alto.

Director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico



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