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El gobierno federal propuso la creación del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, que tendrá por objetivo garantizar un manejo responsable y transparente sobre el uso de los ingresos del hidrocarburo.

Como parte de los nueve bloques que conforman las leyes secundarias, este nuevo Fondo será receptor de los recursos que se obtengan de las diversas actividades a partir de la Reforma Energética y que servirán para cubrir parte del gasto público.

Otra parte de esos ingresos también se utilizarán para el ahorro de largo plazo y en inversiones que usarán como palanca para el desarrollo y bienestar.

De acuerdo con la propuesta del Ejecutivo, este Fondo destinará un monto de ingresos petroleros equivalentes a 4.7% del Producto Interno Bruto (PIB) para el presupuesto.

Los ingresos que estén por arriba de ese nivel y que serán vinculados a la recuperación del nivel de producción, como se prevé por la Reforma Energética, se mantendrán en el fondo como un ahorro de largo plazo.

Mediante esos recursos se pretende que generaciones futuras se beneficien de los mismos, al tiempo en que se contará con un mecanismo de blindaje contra choques imprevistos de carácter macroeconómico.

El ahorro de largo plazo deberá de alcanzar cuando menos tres puntos porcentuales del PIB antes de que los recursos del Fondo puedan destinarse para otros fines; si bien continuarán ahorrándose por lo menos 40% de los recursos cada año.

El Congreso podrá asignar hasta 60% anual de los excedentes a otros rubros como proyectos de inversión en sector petrolero, infraestructura, a ciencia y tecnología o innovación, y becas para la educación.

En ningún caso, los recursos de este Fondo podrán utilizarse para gastos burocráticos.

La propuesta también incluye aumentar la capacidad financiera de otros fondos como el de Estabilización que empleó el gobierno federal, que aumentará de 90 mil a 200 mil millones de pesos.