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Analistas: se desdibuja "momento mexicano"

Mario Alberto Verdusco| El Universal
Lunes 24 de noviembre de 2014
No apareció en el crecimiento económico del país, afirman. A la baja, el pronóstico promedio de alza al PIB para 2014

mario.verdusco@eluniversal.com.mx  

PRONÓSTICOS DE CRECIMIENTO PIB
Gráfica
 

El crecimiento económico de México quedó a deber nuevamente en 2014 y para el próximo año se percibe optimista el pronóstico del gobierno federal, que se sitúa en 3.7% en su escenario central, reconocieron analistas.

El pasado viernes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) revisó su estimación para el Producto Interno Bruto (PIB) de México, aunque ahora decidió hacerlo a través de intervalos, tal como lo hace el Banco de México. Para 2014, lo situó en un rango que va de entre 2.1% y 2.6%.

En las últimas tres décadas, el PIB creció a una tasa promedio de 2.4%. En caso de alcanzarse el rango máximo del pronóstico de Hacienda (2.6%), aunado al 1.4% que avanzó la economía en 2013; el promedio de expansión en los dos años de la presente administración será de 2%.

Luego de que el Inegi diera a conocer el dato del PIB al tercer trimestre, el cual avanzó a una tasa anual de 2.2% (inferior al 2.3% del consenso de analistas), las revisiones a los pronósticos de crecimiento no se hicieron esperar. Por ejemplo, BBVA Bancomer y Banorte-Ixe realizaron ajustes a la baja en sus proyecciones de crecimiento económico para 2014; la primera de 2.5% a 2.1%, mientras que la segunda lo hizo de 2.7% a 2.3%.

Para algunos expertos, el denominado “momento mexicano” nunca apareció, al menos en el ritmo de crecimiento económico del país, y las reformas, aunque reconocidas por destrabar obstáculos que frenaron por décadas la productividad del país, darán una verdadera contribución al PIB, pero a partir de 2016.

El director para América Latina de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño, dijo que los resultados del PIB al tercer trimestre del año reflejan que la economía mexicana se encamina a un crecimiento de 2% para todo 2014, es decir, por debajo del intervalo inferior de Hacienda (2.1%).

“Dada la prolongación e intensificación de la efervescencia ante los problemas sociales y políticos, y dada la lenta e insuficiente respuesta oficial, los mercados han empezado a cuestionar las perspectivas económicas a futuro”, destacó Coutiño.

El economista aseguró que esto es debido, principalmente, a los efectos de descontento y desilusión que pueden generar sobre las decisiones de los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros.

“Dados estos eventos desafortunados, hemos revisado nuestra estimación de crecimiento para 2015 a 3.5% desde un 3.8%, dejando la puerta totalmente abierta para posteriores revisiones a la baja en los próximos meses”, añadió el experto.

El director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CCESP), Luis Foncerrada, afirmó que la tasa de expansión del PIB de 2015 difícilmente alcanzará el 3.7%, y estará más cerca de 3% y 3.5%.

De acuerdo con el experto, uno de los factores que impedirán un mayor dinamismo económico es la baja inversión que aún registra el país.

Comentó que la inversión no tendrá ni el empuje ni la fortaleza necesarios el próximo año para dar los beneficios que genera a la economía, como la creación de empleos formales y la mayor actividad productiva.

Foncerrada afirmó que será hasta mediados de 2015 cuando quizás lleguen más inversiones a México, pero ya no serán suficientes para crear el impacto esperado.

La semana pasada, el Banco de México presentó su informe trimestral de inflación, en el que enfatizó en las reformas estructurales y su contribución a la economía, pero a partir de 2016.

“Se anticipa que, de implementarse adecuadamente las reformas estructurales, éstas vayan teniendo un efecto positivo gradual sobre el crecimiento económico, lo que podría dar un intervalo de tasas de crecimiento mayores para 2016. En ese sentido, el intervalo de pronóstico para ese año se ubicaría de 3.2% a 4.2%”, detalló.

Dos años malos. El académico del CIDE Raúl Feliz destacó que la economía mexicana tuvo dos años muy malos de crecimiento económico (2013 y 2014), que incluso resultaron inferiores en comparación con la historia, “que de por sí ya es baja”.

En su opinión nunca hubo un “momento mexicano”, sino sólo una gran expectativa luego de que tras décadas de estancamiento se tomaron medidas para la productividad.

“La reforma energética, la más importante de esta serie de cambios estructurales, será exitosa, pero los retornos de inversión que se esperaban en el corto plazo tendrán que esperar y más ahora que ha estallado una crisis social por el conflicto de los estudiantes y los escándalos de corrupción. Esto, sin duda, ha puesto en riesgo inversiones”, mencionó.

Subrayó que este gobierno vendió con expectativas muy optimistas los beneficios que generarían las reformas, pero que “desde un principio se veía improbable, aun en el mejor de los escenarios, alcanzar tasas de crecimiento de 5% o más”.

El catedrático del CIDE externó que el efecto de los primeros contratos por la reforma energética se verán a mediados de 2015, pero las primeras inversiones serán en 2016 y, “aun así, me temo que serán en menor cantidad de lo que se contemplaba”.

Agregó que el crecimiento económico sigue siendo el gran pendiente, y “desafortunadamente se irá la primera mitad del sexenio, sin que se haya tenido algún resultado”, afirmó.

Para Leticia Armenta, directora del Centro de Análisis Económico del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, las revisiones a los pronósticos de Hacienda a lo largo de los últimos dos años se dieron porque estos fueron muy elevados y no había condiciones para lograrlos.

“Es cierto que se realizaron una gran cantidad de reformas estructurales y leyes secundarias transformadoras, pero la capacidad de crecimiento de la economía no ha cambiado porque seguimos con las mismas bases productivas.

“En ese sentido, pienso que las reformas estructurales, como la energética, llevarán al menos dos años para que generen los beneficios y la atracción de inversiones que se requieren”. Carlos Canfield, investigador y académico de la Facultad de Economía de la Universidad Anáhuac, criticó que el gobierno expresó desde un principio un alto optimismo por las reformas estructurales, pero sin fundamento.

“Siempre se supo que los beneficios de estas reformas eran para el largo plazo, pero el raquítico crecimiento económico de los últimos años los llevó a expresar un mayor optimismo cuando no había forma de sustentarlo.

“Pasamos de lo que en el exterior se comenzó a denominar el ‘momento mexicano’ a un gran desencanto, y hoy lo podemos ver con los acontecimientos sociales que dan la vuelta al mundo y que pueden tener repercusiones en las intenciones de inversión del exterior”, mencionó.



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