Los mercados financieros de México seguirán operando dentro de un ambiente de altibajos sin definir una clara tendencia de largo plazo, debido a la falta de información económica relevante tanto en el contexto nacional como internacional (EU).

Sin embargo, los inversionistas tratarán de realizar inversiones bajo la existencia de noticias sobre todo las relacionadas con la política monetaria de Estados Unidos, donde existe todavía incertidumbre en torno que tan rápido retirará las compras de activos financieros.

La mejoría en la perspectiva de la actividad económica y las positivas cifras de empleo de los meses recientes, determinaron que el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal decidiera en su última reunión del año pasado una moderación en las compras mensuales de bonos respaldados en hipotecas y bonos del Tesoro.

El Comité de la Fed expresó que no hay una "regla" predeterminada para reducir los montos mensuales de compra de bonos y que en todo caso ella estaría condicionando a la evaluación de la economía y del empleo.

Sin embargo, es importante señalar que previsiblemente durante el año concluirá con la compra mensual de activos que en su momento se conoció como QE3.

En ese sentido, será sumamente relevante observar los reportes mensuales del Departamento del Trabajo estadounidense referentes al mercado laboral, tanto en lo referente a la creación de empleos en cada mes, como en cuanto al comportamiento de la tasa de desempleo.

Desde luego, cifras favorables en el mercado laboral, así como en los gastos de los consumidores, además de otros reportes en lo referte a la producción industrial e índices de actividad de los administradores de proveeduría, ayudarían al Comité de Mercado Abierto a recortar más rápidamente las compras de los bonos, mientras que el contrario cifras negativas inducirían a un mayor cautela en cuanto a eventual reducciones.

En ese sentido, una tasa de desempleo elevada en combinación con un nivel de inflación por debajo del objetivo (1.0%), determinaría una mayor prudencia en las decisiones de la Reserva Federal.

El tipo de cambio peso-dólar bajo ese contexto previsiblemente continuará cotizando con algunos altibajos, con la perspectiva de mantener la mayoría de las negociaciones por arriba de los 13.0 pesos.

Aunque en la medida que haya más información en torno a la evolución de la economía principalmente estadounidense, la paridad peso-dólar definirá un mayor claridad de su tendencia.

Por su parte, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) seguirá cotizando con movimiento erráticos, explicado en parte por la ausencia de datos económicos sobresaliente en ámbito nacional e internacional, además de la existencia de una menor liquidez en el mercado bursátil mexicano.

tcm